No entiendo a este gobierno

Anoche, una telespectadora del programa ‘Veo TV’, en el que yo participaba, dijo que yo había cambiado desde mis primeras intervenciones radiofónicas, no hará de eso menos de veinticinco años. Puede que haya cambiado: todos lo hacemos en un cuarto de siglo, y agradezco a la señora –cuyo nombre no me dieron– que me haya seguido tan fiel, aunque críticamente. Dijo que yo me había ‘moderado’. No sé si lo dijo para bien, pero pienso que moderarse no es malo. Tampoco sé si ello significa volverse más conservador o lo contrario. Aunque no sé si estoy en ello tan de acuerdo: a veces, el espectáculo de ineficacia, egoísmo y estupidez que nos dan nuestros políticos me crispa, lejos de moderarme. Otras veces confieseo que no entiendo a nuestros gobernantes, en concreyo a estos gobernantes, que nos presentan el ‘plan de las bombillas’ como solución al derroche energético, que nos tratan como menores de edad a la hora de darnos explicaciones y como muy mayores cuando se trata de hacernos pagar impuestos o de meternos en la cárcel por habernos excesido en la velocidad de nuestro automóvil, velocidad que de todas manera va a sufrir nuevas limitaciones legales para ahorrar combustible, ya no por seguridad.

No entiendo que nos venga el ministro descorbatado –aunque encorbatado en esta ocasión– a decir que la solución está en el reparto de unas bombillas de bajo consumo, o en instalar unos semáforos ahorradores. Puede que todo ello, como los coches eléctricos, sea muy útil, pero las medidas que nos muestran son un conjunto de parches, con muy escaso orden y menos aún concierto. Así no atajaremos, desde luego, la crisis económica, y ni siquiera lo veremos más claro, con esa bombilla-regalo de baho consumo y pequeña potencia. La linterna de Diógenes era más útil.

3 respuestas

  1. Ese gran olvidado de la Historia…Diógenes, digo.

    El problema no es tanto el de tomar medidas intrascendentes y de valor cosmético, el problema es que el gobierno se plantea 2 alternativas, esas o el manual clásico de economía; que está muy bien para crisis leves, pero que en esta lo unico que va a aportar es el abaratamiento de derechos. Tenemos esas dos y la de la flexiseguridad, que viene a ser algo así como querer jugar a ser noruegos (Seguridad social garantizada los próximos 50 años solo con los ingresos del petróleo). También muy bien, pero que va a ser que ese es un juego de ricos.
    ¿Que tal un plan nacional serio en torno a la economía productiva?¿Que tal una economía liderada por el Estado en torno a la reinversión productiva y el I+D+I. ¿Que tal aprovechar a toda una generación a la que se ha preparado para después frustrarla?¿Que tal una discriminación fiscal positiva de las empresas que realmente aportan valor y una negativa de las que destruyen empleo – que las hay-. fuera de todo eso ( que bien hecho no es poco, es una auténtica revolución), no se puede hacer gran cosa. Lo que nos queda por saber es si estamos ante una crisis sistémica o no. De ser así, es la economía internacional la que debe reinventarse.

  2. Una pequeña exposición en cuanto a las bombillas de bajo consumo:

    1. Si se ahorra mas energía que una bombilla que no sea de bajo consumo.
    2. Una vez que la bombilla de bajo consumo se funde, es mas contaminante que una bombilla que no es de bajo consumo, las primeras se consideran residuos peligrosos.

    con estos puntos yo me hago una pregunta
    ¿Como perjudicamos menos al Medio Ambiente?, pues creo que se trata de eso de perjudicar menos al MA.

    Hasta la fecha nadie me lo ha dicho.

    Creo que en estos temas, no solo en España, realmente lo que se lanza a la sociedad, tal y como indica Jauregui, son parches, para cuando una verdadera política que nos beneficie a todos desde el punto de vista MA.

  3. Buenos días D. Fernando

    Yo si lo entiendo, claro que lo entiendo, intelectualmente ante los problemas reales no dan más de si. Lamentablemente estamos ante un gobierno de simples, pero que hemos decidido libremente soportarlo cuatro años más.

    Haciendo hilo con el comentario que me precede, hasta que no veamos el «sindrome de diógenes» que afecta a la Moncloa, no seremos capaces de empezar a respirar aire puro

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