No, de veras que no quiero nada de los que llegan al poder. Como nada tuve de los anteriores. Es el sino de un periodista que quiere ser periodista, ni funcionario ni paniaguado. Pero ahora no queda más remedioq ue ilusionarse con Rajoy. A zapatero los suyos le gritaban «no nos falles». A Rajoy, quienes nunca hemos podido contarnos entre los suyos –ni entre los contrarios, por otro lado– también se lo tenemos que decir, ahora con voz temblorosa: no nos falles, porque, si nos fallas, nos varios todos al carajo. Ni más, ni menos.
Deja una respuesta