Ya hemos encontrado un nuevo tema de pelea en nuestra cainitópolis: Londres. Si debimos hacerlo como Blair o no, si nos excedimos y estos, en cambio, callándose, lo hacen estupendamente. Otra vez el viejo complejo de inferioridad, otra vez la necesidad de sacudirse, como en las peores pesadillas de Goya, a cuenta de lo que sea, los blancos y los negros. ¿No podríamos aprender un poco de lo que están haciendo los británicos, tan flemáticos ellos? Aprender lo bueno, claro, que lo malo no hay que aprenderlo. Y allá, en Scotland Yard, el MI6 y demás, están demostrando muy poco respeto por la transparencia y la libertad de expresión y el derecho al acceso a la información. Así están los colegas británicos: que muerden. Y así están saliendo las ruedas de prensa, cada vez más tensas, de la policía. Por lo que respecta a nosotros, ya saben: más de lo mismo. Pepiño Blanco diciendo desmesuras que en nada aprovechan a las víctimas del terror (ni a ninguna otra cosa), y Rajoy cayendo a cada instante en la trampa, con lo bien que estaría callado…
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