Otro librito lamentable

Bueno, resulta que no hago más que leer libros lamentables últimamente. Tras el de ‘Letizia, una republicana en la corte de Juan Carlos I’, ahora mi ansia por la actualidad me lleva a este ‘presidentes en zapatillas’, de una tal Angeles López de Celis, una secretaria del ‘pool’ presidencial que pretende contar –.pero no cuenta– chismes de los presidentes que han pasado por Moncloa. Eso sí, se despacha con quienes le han caído mal, como Julio Feo, Rosa Conde o Ana Botella (a los Aznar no los ha querido mucho, no; en cambio, a Zapatero sí). Pero el libro, que es una traición a la confianza depositada en ella (menos mal que no fue secretaria conocedora de secretos de Estado…), apenas cuenta cosas que no estén en las hemerotecas, que es de donde ha sacado ella la mayor parte del núcleo de este libro. Lo malo es que me dicen que este también está teniendo mucho éxito de ventas…

4 respuestas

  1. Si no cuenta ningún secreto, ¿por qué la crítica? A mi no me interesa como para perder el tiempo, pero si sirve para vender libros sin hacer daño a nadie…. Fijate lo que publica hoy El Pais sobre Scott.

  2. Hombre, pazos, si eres cotilla, hay que serlo hasta el final. ¿para que escribir, si no?

  3. Ya de entrada el título levanta sospechas. Lo de las zapatillas -ya puestos, haber puesto pantuflas que es todavía más hortera y casolano- indica que nada de lo que se diga va a tener enjundia y que se trata de un operación más del book marketing system.

    No tenemos por estas tierras costumbre -y cintura- de libros que cuenten entresijos interesantes de lo que fue una época desde la óptica precisa de quienes fueron actores principales. No digo que no haya habido intentonas -ahí está por ejemplo la memoria desmemoriadísima de Sabino Fdez Campos- pero siempre están por delante del interés político o histórico el lucro o la vanidad del autor.

    Recuerdo como buen ejemplo de lo que digo aquellas memorias arriesgadas de Francisco Franco-Salgado Araujo, Mis conversaciones privadas con Franco, que se publicó en 1976, tan cerca de la muerte del dictador. Desafortunadamente, no recuerdo muchos más títulos -alguno hay, lo sé- que merezcan una lectura seria.

    En fin, Fernando, que yo no lo leeré, como tampoco le dedicaré tiempo al esperpento sobre Leticia Ortiz porque en esta ocasión Isidre Cunill busca el escándalo facilón y la venta rápida -descremar el mercado se llamaba en los 80-.

    Dejo constancia, sin embargo, que muchas personalidades podrían escribir ensayos y análisis muy interesantes y de los que otros muchos podríamos aprender. El caso de Salgado Araujo tiene el mérito de que su fidelidad a las charlas que mantuvo con el dictador son una buena memoria histórica para conocer la personalidad de FF.

  4. Por cierto, lo de Scott se veía venir y, la verdad, está bien que se reivindique a Amundsen y se destrone al vanidoso e insensato que provocó su muerte y la de su equipo al encadenar un montón de pésimas decisiones, como no querer sacrificar a los perros y garantizar suministros para el regreso -cosa que hizo Amundsen- y llevar ponis, que comen más -y hay que transportar por tanto forraje-, aguantan menos y sudan, congelándose en aquellas latitudes.

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