No resisto reproducir aquí una parte del editorial que acabo de escribir para diariocritico, tras ver la última ‘obra de arte’ en vídeos made in Pepe Blanco. Ay, Señor, Señor…
Dice Pérez Rubalcaba un martes que hay que enterrar el 11-m. El Partido Popular pone sordina a sus negativas reacciones a la sentencia de Gómez Bermúdez. Y el miércoles, contradiciendo al ministro del Interior, el PSOE nos regala con un vídeo que bien podría haber dejado recluído en las mazmorras de lo que debe ser olvidado. Sabemos que ha habido no poca discusión interna en el Partido Socialista acerca de la conveniencia de sacar a la luz este (mal) vídeo, sacado de contexto, oportunista e inoportuno.
Otra ocasión perdida en aras del más bajo electoralismo. Tenemos unos partidos políticos incapaces de grandeza, sumidos en el barro de la algarada electoral sin sentido, que apenas dicen otra cosa que tonterías, tan remisos a levantar el vuelo como a ser generosos.
Queda claro, pues, que a nosotros el vídeo no nos ha gustado. Ni técnicamente –es más bien siniestro y oscuro, como las intenciones de quien lo animó–, ni en cuanto a contenidos –ya se les acabó el humor–, ni en cuanto a eficacia. Ya sabemos que el PP no cometió sino dislates en sus declaraciones sobre el 11-m, pero no es esta la ocasión de hurgar en la herida, sino de darles la oportunidad de sacar la pata que metieron. Pero, claro, cómo desaprovechar la ocasión de pegar una nueva patada al rival, que más bien parece enemigo que adversario político.
A este paso, vamos hacia un muy mal fin de la legislatura. A ver si llega el 9 de marzo de una vez, pasamos las páginas absurdas –¿a qué viene ahora tratar de recrear la controversia sobre la autoría del 11-m? Déjenselo a Jiménez Losantos, hombre—y encaramos los grandes retos que este gran país nuestro tiene que afrontar para completar su modernización y su regeneración política.
Mientras tanto, que sigan jugando. Con el dinero con el que financiamos a nuestros partiditos.
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