Pasar página, o todo el libro

Permítaseme pensar –y decir—que excluir al fugado Puigdemont y a los ex consellers , igualmente fugados, Toni Comín y Clara Ponsatí de las listas legales a las elecciones europeas es un error por parte de la Junta Electoral Central. Como lo es mantener la prisión provisional para varios de los triunfadores en las elecciones en Cataluña, comenzando por Oriol Junqueras. Y conste que sé perfectamente que esto que digo se leerá y escuchará con recelo en amplios espectros ideológicos de buena parte de la geografía española, más allá de lo que pueda pensarse en Cataluña.

Pero ahora, tras las elecciones, ha llegado el momento de hacer política de manera diferente a como veníamos haciéndolo hasta el momento, y de actuar en consecuencia. No puede ser que los lazos amarillos se conviertan en la soga del entendimiento con una parte sustancial de España, como es Cataluña. Debemos recordar que ha sido un partido independentista, Esquerra Republicana de Catalunya, quien ha ganado de manera difícilmente discutible las elecciones en esta Comunidad Autónoma, y que el líder de esa formación, el presidiario (preventivo) Oriol Junqueras, va a tener pronto el acta de diputado, si es que nuevas decisiones polémicas de la JEC, o de los tribunales, no lo impiden.

Junqueras es parte sustancial de ese entramado que nos muestra a todos, comenzando por quien ha ganado las elecciones, que debemos pensar de manera diferente y actuar, por tanto, de muy otra manera. La política no es solamente ligarse a la actuación de los tribunales –que también–, sino crear espacios de diálogo y de libertades sujetos a las necesidades actuales, no a las de ayer. El triunfador Pedro Sánchez sabe, creo, que habrá de dialogar con el ahora recluso y con lo que él representa para garantizar esa nueva era que se ha abierto ante nosotros: yo le llamo, para enfado de inmovilismos, Segunda Transición.

Puede que Sánchez pretenda gobernar en solitario, contando puntualmente con apoyos –y rechazos– de Podemos, Ciudadanos, ERC, Junts per Cat, PNV, Bildu…y, cuánto me gustaría, el propio PP. El partido de Casado tiene que sacar lecciones profundas de lo ocurrido: no será con el ‘no a todo’, llamando “felón” al presidente del Gobierno, y acusándole de estar al servicio del independentismo y de ETA, como se levantará de la postración.

Pienso que alguien con la capacidad política de Casado tiene que entender que lo que el país anhela son pactos para reconstruir consensos, tender puentes e iniciar la obra regeneracionista de la nación. Y Sánchez habrá de entender –“acuérdate de que eres mortal”—que solamente con generosidad, olvidando agravios y obviando que tiene derecho a copar los puestos más rentables en empresas públicas e instituciones, podrá llegar a esa superación de las dos Españas y a una ‘conllevanza’ con el problema territorial.

Me parece que el futuro mejor solo nos vendrá de una ideología que acabe con los clichés de la vieja política, abrazando esa ‘nueva política’ que consiste en pensar que los pactos se hacen cediendo un poco a todos los que algún día podrían apoyar tu investidura. Lejos de mi ánimo dar consejos a nadie, pero creo que el viejo-nuevo presidente tiene que tender manos, y lo primero que habría de hacer sería llamar a La Moncloa a Pablo Casado y a Albert Rivera y explorar las posibilidades de que no desentierren el hacha de guerra –nunca ha sido enterrada, es la verdad—en estos momentos en los que el país está pidiendo que se abran páginas nuevas en el viejo libro de nuestra Historia; una era de regeneración política, que buena falta nos hace.

Temo que la nueva decisión ‘restrictiva’ de la Junta Electoral no va por este camino. Yo, que aborrezco las ideas (¿?) de Puigdemont y de sus secuaces, creo que deberían tener una oportunidad de confrontarlas con las de los demás: luego, los electores, esclarecidos, decidirán. Ahora, a los ‘indepes’ los hemos convertido nuevamente en víctimas, precisamente a ellos, que pueden ser los verdugos de una cierta idea, moderna, integradora dentro de todas las diferencias, de España.

Me parece que esta decisión de la JEC no ha sido una buena noticia precisamente en la jornada en la que los socialistas celebran, espero que acordándose Sánchez de que ‘tú también eres mortal’, una indiscutible victoria, que implica la obligación de arreglar, entre todos, los desaguisados de tantos años.

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