Pero ¿qué pasa en Valencia?


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Valencia, punto neurálgico de toda movida…mala
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Tengo una amiga, que ocupó un alto cargo político, que en más de una ocasión me ha dicho que ‘en Valencia siempre es donde se pone de manifiesto el caos político’. Luego, recordando lo ocurrido con Francisco Camps, y antes en el PSPV -donde ha habido casi de todo-y antes en el ‘lermismo’ rampante, y ahora con las conspiraciones de salón contra el president Fabra, tiendo a dar toda la razón del mundo a mi amiga. Resulta difícil encontrar un lugar donde con continuidad y no sé si con alevosía se hayan cometido más desmanes políticos, desde las ‘trampas internas’ para cazar a Joan Ignasi Pla hasta las maniobras para impedir que Antonio Asunción pudiese concurrir a las primarias socialistas frente a Jorge Alarte. Pasando, claro, por esas recientísimas conspiraciones de salón para moverle la silla al sucesor de Camps al frente de la Generalitat, Alberto Fabra.

Pues a todo esto, a lo de los trajes y Gürtel, y a lo del aeropuerto de Castellón, a lo de la quiebra de la autonomía hace no mucho embarcada en fastos y fiestas, añádale usted las imágenes de esas cargas policiales, claramente desproporcionadas a mi juicio, contra unos estudiantes mayoritariamente menores de edad (y no me resulta significativo el que hubiese o no algún ‘perroflauta’ emboscado en la chiquillería). Hemos conocido el nombre y el talante ‘enemigo’ del jefe superior de Policía, a quien muchos responsabilizan (y no tanto a la delegación del Gobierno, representada por una persona con admirable talante y flexibilidad) del desmán.

Es el caso que, tras el desprestigio de los casos de corrupción y tras las muchas zancadillas políticas entre correligionarios, la bella ciudad levantina ha sido testigo de escenas que rivalizan con las peores contempladas por los telespectadores de todo el mundo en Atenas. Y España, que no es, por muchos conceptos, Grecia, lo que menos necesita en este mundo ahora es la difusión por el mundo mundial de películas de terror en las que unos apalean y otros son apaleados (puede que la realidad sea menos tajante, pero siento decir que lo que aparece en las pantallas de la tele es eso y no otra cosa).

Me dirá usted que qué tiene que ver el trasiego palaciego, de puñales y venenos, con la carga policial. Mucho; hay un clima político en Valencia que todo lo permite, incluso la permanencia de un jefe superior de Policía que considera «enemigos» a ciudadanos que también le pagan el sueldo. En fin, ese es un tema que le ha caído en la cabeza a la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León (buena amiga mía, a quien respeto y a veces hasta admiro), cuando parece que se trata, y no por primera vez en Valencia, de un error policial. Mantener el orden, claro; mantenerlo a base de cachiporrazos sin más, jamás.

Quienes amamos a Valencia tenemos que quitarnos cada día el rubor de la vergüenza. ¿Quién puede poner orden en la tormenta perenne que azota a esta parte del pacífico Mediterráneo?

11 respuestas

  1. Este país necesita una serie de cambios en sus leyes, para empezar es necesario depurar toda la normativa existente reduciendo el número de normas que tenemos, que a mi juicio son excesivas, reiterativas, mal redactadas muchas de ellas, que dejan lagunas legales importantes, y además, un cambio de mentalidad en jueces y magistrados.
    Desde una LJAPAC, que trata al ciudadano como un súbdito, en que la auto tutela de la Administración llega a cotas delirantes (quedando únicamente los Tribunales para poner las cosas en su sitio), pasando por ejemplo por la Ley Corcuera (que debe ser derogada de inmediato, o modificada), en que los ciudadanos somos presuntos sospechosos de cualquier cosa, hasta un Código Penal totalmente desvirtuado en sus principios por las sucesivas modificaciones (realizadas a golpe de telebasura), o como no, la Ley de Régimen Penitenciario, que es capaz de mantener a una persona en la cárcel más de 30 años (contra el espíritu que inspiró el código penal).
    Una de las cuestiones más espinosas de nuestro sistema, es la presunción de veracidad de que gozan las actuaciones de los CC y FF. SS. del Estado, verdadera aberración jurídica, pues deja a los ciudadanos en manos de personas que supuestamente no tienen un interés directo en sus actuaciones, y que por ello al ser autoridades, gozan del beneficio de esa presunción. A mayor abundamiento, se ha dado carácter de autoridad incluso a personal sanitario en el ejercicio de sus funciones, y también se le quiere dar a los docentes. Bueno, a este paso tendrán carácter de autoridad en este país, hasta los barrenderos en el ejercicio de sus funciones. Pero los hechos son tozudos, y muchos ciudadanos han sido víctimas de actuaciones arbitrarias muy difíciles de probar (por no decir imposibles), de individuos que en ningún momento deberían ostentar esa condición.
    Superado el cuasi-estado de excepción motivado por la existencia de una nada terrorista, en necesario una revisión de todas estas normas, que devuelvan al ciudadano esa condición. Desde luego, lo que no somos es el enemigo.

  2. Kroker, partiendo de la base que soy una analfabeta en derecho, creo que la ley Corcuera llevan ejerciéndola nuestros queridos ‘iunaited esteits’ desde tiempos inmemoriales.

    Que aquí hacen falta cambios, seguro. ¿Cuáles? Ese es ya otro cantar. Que la Ley, es imperfecta e insegura, supongo que no hace falta, ni que lo comente.

  3. Ha de haber cambio en la legislación, indudablemente, pero también en la mentalidad política y en los protocolos de actuación. Ni es de recibo que la policía, independientemente del rango, tilde de enemigos a los ciudadanos -máxime cuando la protesta era comprensible y tranquila- ni es de recibo que nuestra querida Paula S de L quede o como una boba a la que la han puenteado o como una irresponsable a la que nada de esto le parece propio.

    Las imágenes son terribles y, vistas desde fuera, para la mayoría son una reproducción española del caso griego.

    Por último, está Valencia. Hay que refrenar los desmanes de una casta mediocre que ha convertido una tierra fértil e innovadora en un erial industrial. Y no me refiero solo al PP, me apunto a todos los antecedentes que apunta Fernando.

    saludos bogotanos

  4. @ María
    Efectivamente, ya lleva sus años, y lleva muchos abusos en sus espaldas, todo sea por la seguridad, pues la kele-borroka y los atentados terroristas, nos daban el falso espejismo que con leyes restrictivas de las libertades públicas, los ciudadanos estarían más protegidos. Es la misma teoría que se ha esgrimido en EE.UU. por lo críticos con las políticas de seguridad: ¿hasta dónde controlar sin caer en el estado totalitario o policiaco?.
    Entiendo que las normas se deben adaptar a los tiempos, y creo que esa ley como otras muchas sobra, o por lo menos deben ser modificadas. Como ejemplo claro, tenemos lo ocurrido en Valencia, en que con el pretexto de existencia de grupos o individuos incontrolados, se ha dado “estopa” a todo el mundo por igual. Por experiencia lo sé, los pretextos son como el culo, todos tenemos uno, y si además tiene el carácter de autoridad, y la prerrogativa del uso de la fuerza, pues más, para que el mismo sea considerado casi una verdad absoluta; el problema es que han quedado en evidencia, pues intentar controlar a una “enemigo” compuesto por 200 estudiantes a base de hostias, como que no.
    Le haré una pregunta: Esta usted parada con su coche a un lado de la calle haciendo una llamada, y pasa un agente de la autoridad, y sin mediar palabra ni comunicarle nada le impone una multa por hablar por el móvil. Usted no tiene testigos de que está parada. La multa la paga usted si o si, pues al pagar le reducen un 50% del importe, con la condición de que no recurra. Si recurre paga usted los 200€, como que me llamo José, ¿porqué?, pues por qué es su palabra contra la del agente, y la de él goza de la presunción de veracidad. La pregunta que queda en el aire es: ¿y por qué me ha ,multado?. Hay varias repuestas: 1º Porque puede que tenga que cubrir un tope de sanciones que le impongan sus superiores para poder cobrar determinados complementos. 2º Por que ha pasado y no le ha gustado su cara. 3º Por que le da la gana, 4º Porque su marido o esposa no le ha dejado la noche anterior….en fin, tantas como miserias personales tenga cada cual; pero eso sí, su palabra vale más que la suya.
    ¿Cómo lo ves?

  5. Muuuu mal kroker. Yo, por lo menos lo veo de presunto con categoría, de 1ª, de 2ª, de 3ª, y así sucesivamente.

    En este caso de Valencia yo veo una culpabilidad palmaria en la autoridad, que no ha sabido dosificar dicha autoridad. Pero luego me pongo del otro lado a analizar la actuación de unos ciudadanos incívicos que llevan a la práctica una ilegalidad para justificar su petición del cumplimiento de la legalidad.
    Parece un juego de palabras, pero no lo es. Se puede resumir diciendo: «Mi lebertad llega hasta donde comienza la tuya»

    Saludos a todos.

  6. @ Antón.
    Ciertamente es así, el problema es que “a río revuelto ganancia de pescadores”, y precisamente para evitar ese tipo de situaciones debemos de tener unos CC y FF de Seguridad del Estado más profesionales, y menos endiosadas. A todo el mundo de le llena la boca con loas a la Guardia Civil y al Policía, sin pensar en que su obligación es cumplir y hacer cumplir la Ley, nada más y nada menos; pero después a la hora de poner medios, formación etc., son los primeros en criticar esa labor, la poca profesionalidad, la politización, la manipulación.
    Está claro que se ha metido la pata hasta el fondo con el asunto de Valencia, pero aquí nadie es responsable, y enseguida se buscan pretextos de todo tipo ciertos o no para justificar la mala actuación, la poca profesionalidad, el disparate en suma. Los cuerpos de Estado deben de actuar siempre dentro de la Ley, y mantener la misma, para ello se les supone una preparación adecuada; salirse de eso es simplemente cagarla, y encima echarle la culpa a los demás, impresentable.
    Imagina Antón, que se produce un atraco en una sucursal bancaria a mano armada; llega la policía y se dedica a disparar a diestro y siniestro, produciendo una ingente cantidad de heridos entre transeúntes, clientes y empleados del banco. ¿Era legítima la actuación?, claro que sí, pero cumple con los principios que rigen la LO 2/1986 de 13 de marzo, pues no.

  7. @kroker
    Para olvidar los malos momentos de estas cosas te voy a dejarr un video para que te rias un poco.

    http://www.youtube.com/watch?v=v6pCTRa8nTc&NR=1&feature=endscreen

    Si no lo entiendes bien buscate un asturiano que te diga lo que no entiendas.
    ¡Que sería de nosotros si no nos pudieramos resarcir de lo malo de una situación.

    Saludos.

  8. Kroker, el ejemplo de hablar por el móvil es bueno, aunque la mayoría de la gente, no se detiene para hablar, en ese caso y con la escasez de euros que casi todos padecemos, seguro que pago la multa.

    Si me lo pudiera permitir, revuelvo Roma con Santiago, no me muevo del sitio y hago venir a los antidisturbios, si hace falta.

    Le pago a un abogado mucho más de esos 200 euros, pero me doy el gusto de que no me pise nadie.

    Me temo que los abusadores, siempre van a encontrar de quién seguir abusando y los que cumplimos casi fielmente con la ley, estamos j … y mal pagados.

    Le doy toda la razón en lo que expone, porque Vd verá muchas más cosas que una, que afortunadamente no pisa esos lugares. (toco madera)

    Una vez que tuvimos un accidente de coche y lo ganamos claramente, nos costaba más la ejecución de sentencia, que el dinero que percibíamos de indemnización y como no estaba el horno para bollos, ahí quedó la cosa.

  9. Jejeje…muy bueno Antón….personalmente me gusta más el asunto del perrito caliente que se come la chica, en unos de los videos asociados….aunque le final es un poco grounch..

  10. …y, por si fuera poco, ahora lo delex conseller y portavoz del PP en las Cortes, Rafael Blasco. Acxabo de regresar de Valencia, y allí todo es desalieto político.

  11. Hoy, 16 de marzo, a esta hora de la mañana, lo que pasa en Valencia es la despertá. Animemos un poco el panorama, que ya viene bastante cargado…

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