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(Carlos Floriano es persona voluntariosa, colocada ahí, sin duda, para abrasarse en la defensa de causas imposibles en favor de su partido. A Esteban González Pons le respeto por su sensatez, solo ocasionalmente rota por alguna declaración extemporánea. Pienso que el vicesecretario debería jugar un papel más destacado en la portavocía de su partido).
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Las meteduras de pata de los portavoces oficiales y oficiosos de la política española son gloriosas. El debate sobre la publicación de las rentas de Rubalcaba, y su comparación con las de Rajoy, ha sido, simplemente, sonrojante. Tanto para el PSOE como, quizá en este caso especialmente, para el PP. Y ya ¿para qué comentar esas declaraciones del portavoz parlamentario adjunto de los ‘populares’, Rafael Hernando, sugiriendo que fue la Segunda República la responsable del millón de muertos durante la guerra civil? Declaraciones hechas al calor de un programa televisivo de frivolidad política, cierto, pero que demuestran al menos un sustrato de escasa reflexión histórica, vamos a llamarlo así.
Contrastan esas declaraciones con otras, paralelas y sobre el mismo tema –atisbos franquistas en sectores minoritarios de Nuevas Generaciones–, del vicesecretario general del PP, Esteban González Pons. Cada vez que Pons habla, se restablecen –aunque ha habido excepciones, claro– unos mínimos cauces de sensatez. El vicesecretario debería, ahora que vientos de mudanza soplan, parece, sobre las estructuras del PP, tener más protagonismo público, más allá de sus comparecencias de fin de semana.
Sin duda, la renovación de las estructuras de nuestros partidos pasan, antes de comenzar a pensar en otras cosas, por los portavoces y por las cosas que dicen. Porque no se puede seguir con ese afán de ‘y tú más’ que centra el debate político romo y ramplón en las confrontaciones entre, por ejemplo, el popular Carlos Floriano y el socialista Oscar López, dicho sea para que no nos acusen de no dar nombres. Es un rifirrafe que solo empobrece la vida política española.
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