Prefiero Moriles que Montilla

Debo reconocer, en primer lugar, que nunca me ha convencido José Montilla. Ignoro su trayectoria, dicen que positiva, como alcalde, y he sido bastante ajeno a su liderazgo de los socialistas catalanes. Pero conozco su desastroso paso por el Ministerio de Industria y su me parece que desafortunadísima estancia en la presidencia de la Generalitat catalana, donde aspira a repetir.

Creo que un periodista jamás debe decantarse por una opción ante unas elecciones, aunque es perfectamente legítimo que lo haga (los periodistas también somos ciudadanos, al fin y al cabo ¿no?). Sin embargo, hoy voy a romper mi propia regla: me parece que José Montilla, el hombre que más ha hecho por alejar a Cataluña del resto de España y por desprestigiar a las instituciones, la contradicción viviente que estudia catalán por las noches para enterrar la lengua española durante el día, el aficionado a los toros que tanto hizo por prohibirlos, el socialista que ha conculcado todos los principios clásicos del socialismo, no debe seguir en el cargo.

El concepto del Gobierno tripartito no es sino una amalgama de extraños compañeros de cama, cuya única ventaja ha sido restar la influencia artificial que había adquirido Esquerra Republicana en los días azarosos de Pasqual Maragall y del debate sobre el Estatut de autonomía. Por mí, que las elecciones autonómicas se celebren cuanto antes (menos tiempo estará Montilla en la Plaza de San Jaime), siempre y cuando quien gobierne sea el más votado, se llame Mas o Menos. Da igual: todo, excepto la reunión de oportunistas para arrebatar el poder a quien realmente ha ganado en votos y/o en escaños.

En tiempos, un anuncio radiofónico vinícola decía: “ la elección es bien sencilla: o Moriles, o Montilla”. Pues eso: para mí, cualquier opción es buena menos la del que, para seguir en el machito, hace primar el truco político sobre cualquier otra consideración. Y ese es, en mi opinión, Montilla. Si yo fuese catalán, mi elección, pese a todos los pesares que a usted y a mí puedan ocurrírsenos, sería sencilla.

11 respuestas

  1. ¿Quiere eso decir Sr. Jáuregui que deslegitima usted a los gobiernos de coalición aunque entre dos o más partidos sumen más votos y/o escaños que otro?. Pues no estoy de acuerdo. Si entre varios partidos suman más que el que haya sacado mejores resultados en solitario, en mi opinión, esa coalición representará a más ciudadanos y, además, el diálogo será imprescindible. Y hablar siempre es bueno, mucho mejor que una solitaria mayoría absoluta. Me aterrorizan esas mayoría aplastantes.

  2. Javier:

    Que no, que no soy Jáuregui, pero me gustaría expresarle mi opinión: Es dudosamente legítimo que por asociaciones oportunistas, más basadas en un enemigo común que en ideales comunes, se formen mayorías circunstanciales con el único fin de impedir el gobierno del más votado. Ya me dirá usted que tienen en común, por ejemplo, el Psoe con ERC que haga legítima una unión de ambos para gobernar.

    Es como la compra de apoyos en metálico a partidos minoritarios para mantenerse en el poder. Puede hacerse, pero no es legítimo y olvida la voluntad de los votantes.

    Esto es lo de siempre. Se usan herramientas constitucionales y democráticas para acabar pervirtiendo tanto la una como la otra.

    Por lo demás, si antes de las elecciones los partidos anuncian sus intenciones de coaligarse, o se presentan a las mismas como una sola lista, el proceso sería más transparente. Lo que es impresentable es que, según los resultados de las elecciones, comience todo Dios a negociar aunque no tengan absolutamente nada en común, y es más, que sus votantes no tengan nada en común.

    Y no tema usted a las mayorías absolutas. Es así la democracia. Suele ocurrir. Es más, suele ser la única posibilidad de gobernar, en todos los niveles, para algunos partidos.

    Un cordial saludo Javier,

  3. El tripartito es un horror, y después de todos estos años yo ya casi estoy convencido de que el PSC entero es un horror.

  4. Y hay que hacer mención tambien a otros abortos que ha habido en el «estado», el balear y el gallego.

  5. que desconocido está usted en este artículo eh,jejeje

  6. Algunos en cataluña por este articulo le dirian fascista, esos con los que usted esta siempre de acuerdo jeje.

  7. A Javier:
    mi postura es más cercana a la de Marcos. No estoy en contra de las coaliciones –llevo cuatro años defendiendo una gran coalición PSOE-PP–, pero sí en contra de los pactos contra natura solo para mantenerse en el poder, concediendo lo que haga falta a intereses ajenos a los del Estado y a los del conjunto de la ciudadanía. Por lo demás, no amo las mayorías absolutas, sino el pacto. Pero, ya digo, sin oportunismos ni trampas al votante.
    El tripartito, como dice cmartinez, es un horror, y no entiendo por qué me van a llamar fascista en Cataluña por decir que prefiero la opción Mas a la de Montilla.
    A MA Iglesias:
    ¿desconocido? ¿por qué?

    Saludos a todos

  8. Pues por lo de «Creo que un periodista jamás debe decantarse por una opción ante unas elecciones, aunque es perfectamente legítimo que lo haga»

  9. A MA Iglesias:
    tiene razón, es una contradicción –que asumo–, aunque solo aparente. Creo que denunciar las posiciones falsarias de Montilla entra dentro de la crítica política. Quizá no debí decir que prefiero cualquier otra opción, aunque para qué andarse con rodeos en este caso, tan sangrante…

  10. ¡Ah, el Spanish System! ¡Mi Quimera particular con lanzallamas y todo!

    Aquellos a los que los yankis llaman Padres Fundadores -por otra parte, unos tipos muy listos- lo solucionaron en su país de una forma un tanto radical pero sin lugar a dudas efectiva: the winner takes it all. Así, cuando hay elecciones y con su sistema de elección indirecta, el partido que obtiene la mayoría en un estado gana todos los votos electorales de ese estado. Es un sistema raro, pero evita contubernios italianos y españoles (el espantoso pentapartito de los setenta en Italia, el tripartito actual en Catalunya y los miles de ejemplitos municipales de nuestra geografía).

    Y el meidin usa no es el único sistema, hay otros.

    Lo cierto, como dicen Marcos, Fernando y nuestros «primos» Sentido Común y Aritmética Elemental, es que en una democracia representativa, por imbécil que sea el sistema, debe gobernar el partido al que el electorado, mayoritariamente, haya designado a tal fin. Si no, o no sabemos contar votos o simplemente nos pasamos lo de representativa por el forro de las urnas.

    Vienen ahora los pro-de-que-se-trata-que-me-opongo y argumentan que en un sistema de partidos el contubernio es lo que hay y que la existencia de muchos partidos, re-partidos e im-partidos acaba generando gobiernos com-partidos y que, sumados, son más representativos de la mayoría electoral que la lista más votada.

    Es verdad, pero es otra tautología desmontable: los votantes individuales no votan un pacto (tan es así que los partidos se cuidan muy mucho de hacer públicos sus pactos antes de las elecciones y ya nos hemos acostumbrado a «los extraños amigos de cama» que hace la política española a las 4 horas de cerrados los colegios electorales), votan un partido y/o su programa en el bien entendido de que si ganan el gobierno lo aplicarán. Ninguno vota pensando en que se van a aliar con no sé quién.

    Ejemplo: Mi familia de 5 miembros. Mi mujer propone irnos a vivir a Francia, mi hija mayor propone irnos a Alemania y el pequeño, de 4 años, propone irnos a Marte. Votamos y 2 votan Francia y 2 votan Alemania. Entonces sale el pequeñajo y dice: «Eh, el que me dé más chuches todos los días, me permita escaquearme del cole e invite a mis amigos a helados cada sábado se queda con mi voto». ¿Sería democrático?

  11. Estimado Pascuamejía:

    Lo ha dejado usted clarísimo.

    (Y a ese pequeñajo, envíelo usted a un internado suizo…..;-) )

    Un cordial saludo,

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