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(Rajoy ya no tiene cortinas de humo: ha dejado de fumar puros. Al menos, en sentido literal, lo que es un duro golpe para la economía cubana. Aunque, en sentido figurado, se siga fumando un puro ante determinadas cosas. Como quien oye llover, oiga)
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Dicen que Rajoy, en sus cavilaciones sobre cómo afrontar el año preelectoral 2014, quiere ir al asalto de Europa, con Arias Cañete y Guindos como arietes. ¿Se concretarán estos propósitos en una mayor influencia de España –ahora no tiene ninguna– en el ‘sancta sanctorum’ europeo?. Esto es lo que acabo de escribir para Diariocritico, tras algunas pesquisas:
Las oscilaciones del equipo económico de Rajoy
Pues claro que Mariano Rajoy piensa en una remodelación ministerial, aunque sea para febrero: ya se sabe que los tiempos del presidente son inescrutables. Y claro que es Europa el detonante de esa crisis de Gobierno, porque ya se sabe que Rajoy no cree, por lo demás, que su Ejecutivo mantenga patentes disfunciones. Así que andamos a vueltas con la posibilidad de que el titular de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que es el ministro mejor valorado –tras la vicepresidenta—según las encuestas, encabece la lista del PP para las elecciones europeas de la próxima primavera. A Arias le preparan, o eso es lo que él quiere, para dar el salto hacia una comisaría europea en la próxima euromovida, allá por el otoño; una comisaría que llevaría aparejada una vicepresidencia de la Comisión (de ninguna manera se plantea la hipótesis de que sea presidente en sustitución de Durao Barroso, por más que algún columnista lo sugiera, expresando más un deseo que una realidad).
Pero hay más: en los eurobastidores se sigue comentando, cada vez con mayor fuerza, que España trata de situar al ahora influyente ministro de Economía, Luis de Guindos, en la presidencia del Eurogrupo. Si la cosa sale, sería una buena jugada, sobre todo para frenar esos tremendos vaivenes –una auténtica ducha escocesa– en las instancias europeas a la hora de valorar la marcha de la economía española.
–Ministros ‘de perfil’–
Ese movimiento puede ser aprovechado por Rajoy para crear, finalmente, esa vicepresidencia económica que coordine mejor los pasos que dan los ministros del área. No ha dejado de comentarse en las últimas horas, desde luego, la ausencia de la titular de Empleo y Trabajo, Fátima Báñez, a la hora de valorar la ‘revelación’, llegada desde la UE, en el sentido de que España prepara una segunda reforma laboral, según el mensaje que Guindos trasladó ayer a sus colegas de la zona euro. Ni ha pasado desapercibido el hecho de que el titular de Industria, José Manuel Soria, se ponga como de perfil ante los asaltos a las presidencias de Repsol y de Indra, dos importantes ‘movidas’ subterráneas en la delicada zona Ibex de las que el Ejecutivo, inexplicablemente, no parece querer saber nada, al menos en público. Y ello pese a que, al menos en el caso de Indra, se detectan algunas maniobras no bien concretadas de personajes considerados cercanos a Rajoy, entre ellos el ex ministro de Aznar Josep Piqué.
Y tampoco pasa desapercibido el disgusto en La Moncloa ante algunas ‘arrancadas’ del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, demasiado brusco, estiman algunos asesores del presidente, a la hora de dirigirse a los contribuyentes.
Claro que esa crisis gubernamental, de la que ya todos hablan aunque Rajoy trate de alejarla en el tiempo –ha llegado a decir que, si por él fuese, sus ministros permanecerían en el cargo toda la Legislatura, lo que sería todo un récord para el libro Guinness; sin embargo, todos la sitúan ya en torno a febrero–, no se limitaría tan solo al equipo económico, ni se derivaría apenas de esa ‘miniofensiva europea’ que se atribuye a la voluntad de La Moncloa; en el elenco ministerial se detectan, aunque el presidente esté muy lejos de admitirlo, como es lógico, importantes agujeros. Así, el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, parece seriamente tocado desde el punto de vista de su escasa aceptación no solo en el sector con el que le toca lidiar, el mundo de las togas, sino en importantes parcelas del propio PP. Al titular de Educación, José Ignacio Wert, Rajoy le defiende públicamente, y lo mismo hacen en el ‘núcleo duro’ del partido, pero lo cierto es que también se enfrenta a una fuerte contestación social, lo mismo que la titular de Sanidad. Aseguran algunas fuentes que Wert ha solicitado al presidente que le permita abandonar el Ejecutivo una vez que se haya sacado adelante la reforma educativa.
En estas condiciones, nadie cree que la impasibilidad de Rajoy pueda extenderse mucho tiempo a la intangibilidad del Gobierno. Cierto que los ministros se comerán el turrón en sus puestos; pero es muy improbable que algunos se vayan de mini-vacaciones en Semana Santa conservando la poltrona.
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