Dicen que es mañana, viernes. Desmienten que la culpa del anuncio tan agorero sea de los mayas, los pobres. Añaden que la Comunidad Científica, tan pomposa, no se lo cree (yo tampoco, y no soy científico). Y que no sería un fin del mundo como tal, sino el acabóse lo que se daba; bueno, de eso ya estamos teniendo bastante.
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