Lo advierto: a este paso, los ácratas van a multiplicarse en este país. O los pasotas, aunque no sea exactamente lo mismo. O los antisistema, suponiendo que lo que ahora se nos impone sea un sistema –por tanto, algo planificado, organizado, y no improvisado–.
Los casos Tomás Gómez, en el PSOE, y Manuel Cobo, en el PP, me parecen tremendos: el aparato aplastando al individuo, lo políticamente correcto –¿correcto?– imperando sobre la libertad de cada cual.
Lamento que Manuel Cobo, el vicealcalde de Madrid y, por tanto, corresponsable de las tropelías de su jefe Gallardón –qué calladito está Albertito–, se la haya envainado y haya renunciado, porque el aparato se lo ha exigido, a recurrir la sentencia sobre el fangoso caso del espionaje pepero madrileño.
Lamentaría que el candidato Tomás Gómez (menuda rueda de prensa protagonizó el chico: es un mal candidato, desde luego) acabara achantándose a las presiones de su partido, el PSOE, y renunciase a convocar unas primarias para ver si es él quien se enfrenta, o no, a Esperanza Aguire para presidir la Comunidad de Madrid. Que una cosa es que sea un manta y otra, un cobarde.
Lamento que ese cordobés taimado que estudia catalán por las noches, José Montilla, aficionado a los toros antaño y su feroz perseguidor hogaño, consume hoy su felonía, apoyando en el Parlament la prohibición de las corridas. Es su segundo dislate, tras la manifestación independentista de hace dos semanas. ¿Es este el socialista internacionalista, el federalista? Menudo pájaro…Y lo peor es que alguien, en Cataluña, al leer este comentario, trate de engañarse diciendo que es un texto anticatalán.
Lamento que nada menos que una reforma laboral se tramite en las Cortes en dos días, aprisa y corriendo, para que Sus Señorías puedan irse de vacaciones. Una reforma chapucera, hecha bastante a tontas y a locas, como todo el mundo, incluyendo los diputados que la tramtan, reconoce.
En fin, podría alargar la lista ‘ad infinitum’. Pero si los españoles dicen en las encuestas que los políticos son el tercer problema nacional, tras la situación económica y el paro (que viene a ser lo mismo), por algo será. Viva Bakunin…(un, claro, un sarcasmo. Yo aún soy defensor del Estado, aunque, a este paso, quién sabe).
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