Este fin de semana, mientras en diariocritico nos afanábamos por dar lo mejor posible la información sobre la cumbre de Washington, percibimos que el periódico tardaba mucho más de lo normal en abrir su portada y, en general, el cambio de páginas iba especialmente lento. Recibimos numerosas quejas y, al mismo tiempo, perdimos nuestra posición en Google, al detectar el buscador que ‘algo’ estaba pasando. Y, por si fuera poco, en los últimos días hemos detectado un aumento del ‘spam’ con contenidos pornográficos en nuestra foro de Línea Crítica. Nuestros técnicos se han puesto a investigar y me transmiten –palabra de honor– lo siguiente: nos han atacado los rusos. Delincuentes internacionales –mafia rusa, vamos– que han logrado penetrar en nuestro sistema de seguridad para introducir publicidad indeseada. Ya hemos podido detener la invasión, que no debe de ser la primera, hasta donde sabemos.
Por supuesto, ignoro casi todo sobre el desarrollo técnico de esta invasión, porque no soy informático. Pero constato que el spam que, pese a las cautelas, invade mi blog viene, en su inmensa mayoría, de Rusia. Y, una vez más, hay que pedir que una regulación internacional más severa nos proteja de estos asaltos. Pero hay una constatación aterradora: el peligro informático viene de donde viene, un país con escasos controles democráticos y, lamentablemente, mucha delincuencia a todos los niveles. ¿Qué hacer? Porque alguien debe parar esto. Y solamente, me temo, un gran acuerdo internacional podría normalizar una situación que puede llegar a acabar con esta vía de comunicación maravillosa que es Internet.
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