No, conste que no estoy deseando que se vaya Rubalcaba –ya he dicho que me parece un buen político y una persona honrada– y venga Rajoy –que me parece también honrado, buen tipo y no sé si buen político; tendrá que demostrarlo–. Pero sí estoy ansioso porque llegue el cambio. No se puede aguantar ni una reunión más en la que oigamos eso de «qué mal está todo, ¿verdad?». El nacional-pesimismo tiene que acabarse, o acabará con nosotros. Lo he escrito hoy en mi columna de OTR: Queda una semana de vieja era: estamos en tránsito hacia…¿dónde?
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