Querido Luis, sabes que siempre te respeté desde la discrepancia. Sabes que nos entendíamos bien y evitábamos debatir ciertos temas que podrían enfrentarnos. Como debe ser entre dos amigos. Lo siento, pero ahora debo decirte que no. Eso no se hace. Si eres político, eres político y si periodista, periodista. Si te hacen una confidencia como amigo, o como hijo de amigo, no estoy seguro de que debas publicarlo en un libro como periodista. Ni sé si ahora el gran hombre ratificaría lo que dices en el libro; él no puede confirmar ni desmentir nada ahora.
En fin, Luis; cuidado con algunas relaciones, que puedan utilizar tu talento y tu bonhomía para tirar piedras contra el sistema. Ya sabes a quién me refiero.
Te sigo respetando como persona. Y como político, supongo. Quisiera, cuando vuelvas, que volverás, respetarte también como periodista.
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