¿Quiere cambiar su apellido?


(Joan Miró: ‘figuras invertidas’).

Madre mía, la que están organizando las tertulias y/o columnas con la descabellada idea de que se puedan cambiar los apellidos (ya existía eso), aunque primando el orden alfabético en caso de conflicto en la pareja parento-maternal. Eso, después del debate parlamentario sobre la necesaria vigilancia en los colegios para que los niños puedan jugar a las muñecas y las niñas al futbol…¿estamos en buenas manos?

9 respuestas

  1. La «Ingeniería Social» Rodriguista-Aidista-Pajinesca se transforma a pasos agigantados en «Albañilería Social» de la más cutre.

  2. Il mio nomme: Anyelo
    e l’scribo a Malatesta
    desafíolo aun duelo
    porque la tua poesía…
    <
    <
    <
    apesta

  3. Miguel Ángel Buonarrotti
    viene y reta a nuestro bardo
    y con tanta tensión yo ardo
    (se me sube la acidosis

    al leer que Malatesta
    si versifica es que apesta.

    ¿Qué decir al tal Anyelo?
    ¿Tal vez que del escultor
    solo su nombre tomó
    y olvidóse del talento?
    ¿O es que acaso Danny Aiello
    olvidó que es un actor
    y creyó hacerlo mejor
    en cualesquier otro anhelo?

    Espero pronta respuesta
    de nuestro bardo retado
    por un pintor del pasado.

    Venga, empiece ya la fiesta,
    que promete diversión
    cuando vea al fanfarrón
    con el rabo entre las piernas.

    Yo sí, fiel a Malatesta.

  4. Buonarotti, qué te pasa,
    qué pasa por tu cabeza,
    que retas a daga o bala
    al mio amicco Malatesta

    Anyeló, é vero: cosa rara
    é esta aquesta contesta
    entre un poeta de raza
    y un perillán, que demuestra

    al ítalo modo cuánto falla
    en verso, rima… e ideas.
    Y tu métricca, que espanta;
    te lo dice, sin rodeas,

    este que su nombre cambia,
    que ya no es Malatesta,
    ahora soy testamala
    –chúpate esta, camarada–

  5. A tu primer embate no responde,
    tercio con esta silva
    entrando en la manilva
    en la que acaso cobarde se esconde.

    😉

    ¿Qué pasó con el bravucón, adónde
    quedaron las sus ínfulas?
    ¿Perdiéronse en las ínsulas
    Baratarias del buen Sancho vizconde?

    🙁

    Cuando uno se postula
    y presto se auto-adula,
    tiene que sacar sus rimas mejores
    y acaso del Navarro Tomás flores
    para la métrica saber, señores,
    y huir de las pirulas
    de memoria gandula
    que en hasta los doctores más peores
    sus noches acidula.

    ;(

    Va, Anyelo, Malatesta es Testamala;
    y espera afiladas
    tus rimas aceradas
    como las tortugas a la aguamala:
    rápido en la estocada,
    mortal en la rimada.
    ¡Queden tus versos a la funerala!

    🙂

  6. Ay, testamala, testamala,
    que tienes mala cabeza,
    nullo officio, nulla carrera,
    de rimada, ná de nada,
    que prefiero a Malatesta.
    Que tu osadía es osada,
    tu poesía lo demuestra.
    Testamala, testamala,
    vete ya a tomarla a Parla
    y mejor… si no regresas.

    Que tu pluma, uf, jubilada,
    tiempo ha que no se enhiesta,
    no se embravece ni alarga,
    lánguida, como muerta,
    caída cual la plomada.

    Mira a ver si se despierta
    una noche, sofocada,
    revolcón a la parienta,
    escribe luego, hala, hala,

    quizá así se te entienda
    esa cosa amalgamada
    que poema consideras
    y no son más que bobadas

  7. A Buonarotti,
    Michelanyelo,
    un bujarotti
    del carallo…
    —————-

    Buonarotti del carallo,
    émulo de ratzingér
    has escogido mal año
    para este tu malmeter

    ay, tú, sirviente de papas,
    poetiso, poetastro,
    hijo del peor Lucifer,
    que nadas y ropa guardas,

    vate del machista ser,
    tú sí sabes, como él,
    como Buonarotti, chapas,
    del levantisco lebrel

    quentre las piernas guardas
    para clavarlo, tal vez,
    entre inocentes nalgas
    de quién sabe qué doncel

    que mi pluma jubilada
    se ha sabido contener
    en cuestiones sofocadas,
    paró en lo que debe ser.

    Mas tú, loca descocada,
    hablas de mi pluma larga,
    dices de mí no sé qué,
    Buonarotti, a mía fe

    que a tí ya no se te para
    aquel desbocado corcel
    –sabes a qué me refiero, aquel
    que no te sirve de nada–

    y solo te sirves de él
    en atacar al jubilata
    que no se pué defender
    –o eso es lo que pensabas–

  8. Yo voy a terciar, muchachos,
    en el rimado debate.
    Elegís verso en romance
    con su ritmo vivaracho,
    -vale por su poco empacho-
    pero hagámoslo con trance:
    ocho sílabas por lance
    rimas pares y asonantes,
    ¡Pero no en a-a, Pistacho!
    ¡Qué fáciles y ruidosas!
    Y dicen, entre otras cosas,
    muy poco del rimador.

    Elevad con pundonor
    vuestro debate y, mañosos,
    tantos versos abundosos
    -no importa si con dolor
    o tan solo dolorosos-
    escribáis en este foro.

    Pero complicad las rimas
    y contad bien ocho sílabas;
    respetad las sinalefas,
    poned en juego la amígdala,
    que es el cuento de la vieja:
    octosílabos los versos
    de rimas libres impares.

    Mas si elegís el soneto
    elevaremos el tono
    quedará todo más mono
    concluyendo en los tercetos.

  9. no entiendo una

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