Menuda pasada la de Rajoy sorprendiendo a su congreso con el nombramiento de Mari Mar Blanco para la ejecutiva (y de la Botella, que es lo más cercano posible a Aznar y la ex sonrisa del Régimen). Acabó el ‘efecto San Gil’.l Acabó el victimismo de quienes dicen representar a las víctimas, de los vascos que se creen los únicos vascos. Los traidores son los que quedan fuera y el irreductible Ignacio González se queda en solitario como líder de la oposición (si usted no sabe quién es, pregunte en la Comunidad de Madrid, pregunte).
A Rajoy, a falta de la jornada triunfal de clausura, le ha salido el congreso de diez. A ver si el lunes sale quien yo me sé desde sus ondas no tan bendecidas diciendo aquello de que Don Mariano no llega a las próximas elecciones, Quien me parece a mí que no va a llegar es él, que ha sobrepasado todos los límites.
Pero dejemosa los demonios familiares: mañana, tras la clausura, prometo un post completito con mis opiniones sobre este congreso del PP y aventurando lo que creo que va a pasar (hasta ahora, por una vez, vengo acertando bastante).
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