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Por supuesto que todavía no ha habido tiempo material para adquirir y leer el libro; pero aún sin haberle echado un ojo someramente, me atrevo a realizar el siguiente comentario.
Si en las propuestas que se apuntan, y seguramente así será, ninguna pasa por la salida del euro, creo que más que propuestas son un brindis al sol. Razones:
1º Las soluciones dadas a la crisis económica hasta ahora por la UE, se han demostrado ineficaces, y que fundamentalmente han descargado la crisis sobre quien no es responsable de ella.
2º Estas medidas solo benefician a Alemania y en menor medida a Francia, puesto que euro se ha convertido en un nuevo marco. Estamos financiando a Alemania con nuestros intereses, y Alemania le chupa la sangre al resto de Europa.
3º Se amenaza sin fundamento jurídico alguno, o por lo menos, si lo hay, es más que cuestionable, que la salida del euro implica una salida de la UE…y dos piedras.
4º La imposición desde el dúo Alemania-Francia, de gobiernos provisionales en Grecia e Italia, es una intromisión intolerable en la soberanía nacional de esos estados, que en otros tiempos se hubiera solventado a cañonazos. No es necesario ir tan lejos, pero desde luego, la factura que este hecho pasará el futuro de la UE, todavía es difícil de calcular.
5º Es cierto que las políticas económicas de gran parte de miembros de la UE, ha dejado mucho que desear. Pero no es igual el caso de Irlanda, que el de Grecia, y no por supuesto el de España e Italia. El problema, es que la ola especulativa ha arrollado a las economías débiles, y con pocos medios para atajar la especulación, puesto que el euro-trampa y su política solo benefician a Alemania.
6º Esto seguirá así, mientras la crisis no ataque a Francia, momento en el cual se romperá la baraja, y esto es lo que más teme Alemania (de ahí los mimos a Sarko).
Corolario: Cualquier planteamiento que no pase por una salida del euro, no pasa de ser un catálogo de buenas intenciones.
A Kroker:
Vivimos tiempos tan, tan fluídos –vamos a llamarlo así– que el libro, que acaba de salir incluso antes del 20-n, puede que ya se haya quedado obsoleto. Y eso, créeme, es terrible, porque produce una enorme inseguridad jurídica.
El libro, que creo que se pone a la venta esta semana que comienza, supone casi dos años de trabajo, en el que un grupo de gente, sobre todo Manuel Angel Menéndez y yo, ha estado pidiendo aretículos sobre determinados aspectos, en relación con 2020, a personalidades de todo tipo: Zapatero (JoséLuis y Javier), Rajoy, Bono, Rojo, Soraya S de Santamaría, Cándido Mçéndez y Toxo, el general Sanz Roldán, Luis Eduardo Aute, Eduardo Serra, Isidro Fainé, Brufau…y así, hasta ciento treinta. Creo que el conjunto es bastante interesante, aunque lo cierto es que ninguno –ni Elena Salgado, ni Montoro, ni Luis de Guindos– llega, me parece, a atisbar lo que viene, no en 2020, sino ya en 2012. Acierta Kroker en lo que apunta: el futuro, hoy, es muy difícilmente predecible.
Desde luego, lo único que tengo claro a estas alturas, es que deicidamente Europa en su conjunto la que no tiene claro a dónde quiere ir, y eso nos afecta puesto que tampoco creo que nuestros políticos tampoco tengan claro que es lo que quiere Europa de España.
Yo creo que todos, desde el 2010 nos percatamos de que algo no iba bien en la Unión; lo que pasa es que no era políticamente correcto decirlo; criticar a Alemania, a Francia, a Gran Bretaña. Pensamos que el sentido común se impondría, y que la política europeísta de solidaridad regional se impondría sobre los nacionalismos cortoplacistas. Nada más lejos de la realidad, la política realizada hasta ahora solo ha beneficiado a una Alemania, que ha convertido al euro en un nuevo marco alemán, con lo cual los demás nos hemos convertido en colonias económicas de este nuevo Reich. Solo Francia por ahora escapa a la quema; el resto de países satélites de Alemania, como Polonia, Rep. Checa etc., tienen sus economías adaptadas a la alemana y podría decirse que son complementarias. Quien lo iba a decir, lo que no consiguieron las divisiones de Wehrmacht, lo ha conseguido el euro.
Quizá Suetonio tuviera razón, aunque siempre me he negado a pensar que la historia se repite una y otra vez; lo que pasa es que lo que vemos, nos hace concluir que a veces es así.
No hace falta ser un lince en economía, para darse cuenta, que la pieza a cobrar era el euro tal y como está concebido hasta ahora. Sobre todo, porque la nación que más dólares posee es China, primera interesada en la debilidad del euro, y por supuesto EE.UU.
¿Porqué no ha luchado contra esto?; esta pregunta quién único puede contestarla es quién más se ha beneficiado de la crisis. Dame un móvil, y encontraré al autor del delito…
USA, China y la City londinense son los culpables de la debilidad del €uro. Por intereses que convergen en causas comunes.
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