¿Qué hacer cuando, en los primeros días de enero de 2008, firmas en Televisión Española, nada menos, un guión que ya se publicó hace diez años? Los amigos te felicitan, «qué bueno el reportaje de los setenta años del Rey», y tú tienes que explicar que ese reportaje incorpora cosas del pasado, pero que tú, ahora, para nada has participado en todo eso. Y conste que no me parece mal lo de TVE: al fin y al cabo, ese reportaje es de su propiedad, y para nada tienen que pedirme permiso para emitirlo.
Me parece peor, la verdad, el comentario de El País de hoy, que destaca, nada menos que en portada, que «TVE se plagió a sí misma». Tremendo. Yo, la verdad, me enteré del reportaje y de que yo firmaba el guión cuando ya había sido emitido. Ayer me llamó una redactora del diario de Prisa echando chispas porque TVE había presentado la obra como novedosa, cuando una parte sustancial de ella se había emitido hace una década. Ni entro ni salgo en eso. Me preocupa, sí, que me utilicen los de un lado u otro en sus guerras empresariales. Allá los de Prisa si están enfadados con la tele pública a cuenta de no sé qué de Mediapro. A mí, personalmente, me ha parecido excesivo el montaje de las dos páginas –dos– del que fue mi periódico, y bien orgulloso que me siento de haber trabajado ahí…en su día. Cuánto honor, firmar en TVE y salir en El País, en ambos casos sin merecerlo.
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