Supongo que era un genio en lo suyo. Y, además, se atrevió contra el gran Ferran Adriá. Un heterodoxo. Solamente pude ir una vez a ‘su’ casa y soy mal crítico gastronómico. Pero morirse con 53 tacos, en plena efervescencia creadora…
Fue uno de los que puso a España en la cumbre. Una lástima, porque no hay herederos posibles para el talento.
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