…y Zapatero, cumpliendo, eso sí (o mejor, aquí sí) su compromiso, da su rueda de prensa a mediodía. Comparecencia sin límite de preguntas cada final de curso. No, no nos va a decir si adelanta las elecciones (que sí, que las va a adelantar, según todos los indicios). Pero tampoco hará autocrítica del estado de la nación: por ejemplo, lo ocurrido entre el Estado y las autonomías, que también son Estado, está siendo de locos. Y no es que no lo supiésemos: ocurre que procurábamos olvidarlo.
La policía, en franca rebeldía (hay que escuchar algunas declaraciones de sus representantes sindicales); los indignados, más indignados y, algunos, indignantes…La sensación de que el orden en las calles decae, sube. Y no es un mero juego de palabras.
No, yo no haré lo que hacen en Intereconomía, presentando un país casi acabado; España sigue siendo una gran nación, con enormes reservas, con una clase media sólida y con una clase política de vuelo rasante y alicorto, pero en general honesta y preocupada por el bien de la nación. Hay soluciones, pero se aplazan.
Siempre he pensado que lo patriótico para ZP sería decir que llamará a Rajoy y le invitará a consensuar la fecha de las elecciones si se compromete a, en caso de ganar, llevar adelante determinadas reformas y pactar la gobernación en aspectos importantes. Algo similar debería decir Rajoy en su comparecencia de hoy, dando así un giro copernicano a la triste dinámica política de este país nuestro.
Ya sé, ya sé que hablo de utopías cuando ni siquiera se han puesto de acuerdo para renovar al defensor del pueblo, o al responsable de RTVE. Cuando, en el fondo, la actuación de Gobierno central y de los nuevos responsables autonómicos viene a ser lo mismo de antes, pero con con sacarina. Lástima.
En fin, llega el verano salvífico y casi todos, como si nada pasara, como si muchos no nos fuesen a acompañar porque no pueden, así que casi todos, decía, al dulce descanso. Y al olvido.
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