Siete notas inquietantes que aún no están en titulares

-Una: Zapatero no habló para nada del escándalo del ERE a ‘los propios’ en Sevilla.
-Dos: Rajoy no habló del futuro de Camps ni de Gürtel en Santiago de Compostela.
-Tres: Eguiguren ha dicho en la SER que cree que Sortu cumple las condiciones para ser legal (yo también lo creo, la verdad, pero se va a armar una buena con este asunto).
-Cuatro: pateras de tunecinos y argelinos (¿mañana serán de marroquíes?) llegan a Europa, a la isla de Lampedusa, Italia. Las instituciones europeas se encogen de hombros, como siempre, ante lo que puede ser una avalancha de norteafricanos que huyen.
-Cinco: ¿seguirá Berlusconi en su sitio, pese al levantamiento de la sociedad civil (no sólo de mujeres que se sienten colectivamente ofendidas)
-Seis: ¿De verdad le interesan a alguien las películas que van esta noche a los premios Sinde, digo Goya?
-Siete: ¿De veras alguien se cree lo de los abusos sexuales que le pueden costar la cárcel a Julian Assange, el héroe de WiKipedia?

Bueno, a mí, al menos, todo esto me inquieta. Y me inquieta que no inquiete a quienes tienen que destacar las cosas en el mundillo digital…

10 respuestas

  1. Totalmente de acuerdo.

    Tengo la impresión de que tenemos que cambiar muchas cosas en muchos sitios……y esta vez no puede ser para que todo siga igual.

  2. amen, fernando. Y aún has sido amable citando solo 7.

  3. Apoyo la moción del cambio en muchos sitios y se ha quedado corto con 7 cosas.

  4. Perdon se ha quedado corto con sólo 7 notas
    Un saludo

  5. Los primeros magos-sacerdotes sumerios adoraban siete astros en el cielo que refulgían con un brillo especial; el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno, y a cada uno dedicaron un día de la semana marcada por el ciclo lunar; el día del Sol o del Señor (domingo o Sunday), lunes, martes, miércoles…

    La herencia babilónica del carácter sagrado de los números pasaría a los hebreos y a los pitagóricos griegos, otorgando un carácter especial, mágico a ciertas cifras. La Cábala, nacida en Egipto y adoptada por los hebreos sostenía que todo lo existente podía ser expresado mediante cifras, y que cada número tenía una vibración especial. Algunos números tenían una significación especial, una magia más poderosa si estaban escritos en el cielo, en los fenómenos que marcaban el tiempo y el calendario.
    Siete eran los pisos de los zigurats, siete los días de la creación, el candelabro de siete brazos, etc. Las citas del número siete en el Antiguo Testamento son abrumadoras, pero se intensifican aún más en el Nuevo. Juan narra siete milagros de Jesús, siete fueron los panes multiplicados, siete ángeles, siete plagas, etc. Siete son los sacramentos, los pecados capitales y las virtudes teologales más las cardinales. Y Buda alcanzó la iluminación perfecta después de siete años de meditaciones. Siete son las vueltas en torno a la Piedra en La Meca.

    Y siete los enanitos de Blancanieves.

  6. A Bruno:
    Y siete los años de mandato de Zapatero. Al tiempo.
    Enhorabuena: has calado que lo de enumerar siete fenómenos que no estaban en los titulares de los periódicos no era un número más, porque sí; hay más cosas notables que se han ‘escapado’ al menos a los periscopios digitales de este domingo, pero… Estamos entrando en la era cabalística, setenta veces siete, ya sabes.
    Y siete las novias para siete hermanos.
    Y nosotros somos siete hermanos
    Y etcétera. Cuídate.

  7. A Bruno:
    Ahí va otra de sietes.

    Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana,
    Santiago Rusiñol, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.

    Y aquella tarde noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja. Porque cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:

    «La verdad es que en España hay siete clases de españoles. sí, como los siete pecados capitales. A saber:

    1) los que no saben;
    2) los que no quieren saber;
    3) los que odian el saber;
    4) los que sufren por no saber;
    5) los que aparentan que saben;
    6) los que triunfan sin saber, y
    7) los que viven gracias a que los demás no saben.

    Unamuno y Benito Pérez Galdós aplaudieron a Baroja. Sobre todo por el último
    punto, el que dice «los que viven gracias a que los demás no saben». Estos
    últimos se llaman a sí mismos «políticos» y a veces hasta «intelectuales».

    O sea, que ayer como hoy, y hoy como ayer, los políticos españoles nunca
    tuvieron buena imagen. Ni los intelectuales de salón.

  8. Siete títulos, para otras tantas series.

    -Una: Nada nuevo bajo el sol.
    -Dos: Silbando bajo la lluvia.
    -Tres: Regreso al pasado.
    -Cuatro: Éxodo.
    – Cinco: Le seguían llamando Trinidad, perdón Berlusconi.
    -Seis: La Padrina.
    -Siete: La verdad tiene un precio.
    ……………………………………….
    -Ocho: la bola negra del billar: argumento de esta no-película.
    El PSOE bate otra vez al PP en 2012 y Pons se vuelve yijadista.

  9. @Jáuregui.

    Pues si que estamos buenos.

    Supongo que alguien tendría que preocuparse porque la imagen de los políticos no difiera mucho de la de 1904.

    Por esos días gobernaba Maura ( Este gobierno duró un año, su gobierno largo no llegó a 2). Desde el asesinato de Cánovas ( 7 años antes) había habido 4 presidentes. Estábamos a menos de 20 años de Primo de Rivera ( con un chorreo de gabinetes en medio) y a 30 y pocos de Franco.

    Vamos, que algunos deberían preocuparse y espabilar un poquito.

  10. A Bruno:
    Más sobre la teoría de los sietes.
    Hoy, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, en un desayuno del Foro Nueva Economía, ha dicho que los socialistas han identificado siete nuevos sectores: las energías renovables, las ecoindustrias, las tecnologías de la información y de la comunicación, la biotecnología, la industria aeroespacial, las industrias culturales y los servicios sociales.
    Siete eran siete las jijas de Elena…

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