Susanita


Sí, era un@ de nosotr@s. Susanita. Una compañera de siempre, de andar por las Cortes, por los congresos de los partidos, por el mundo –cuántos aeropuertos, ministerios de Exteriores, palacios de reyes, cuántas covachas y secretos compartidos–. Hoy la incineran y se lleva unas cuantas cenizas de una generación entera de periodistas de los de aquellos, mejor no ponerse a recordar aquí y ahora, ay.

5 respuestas

  1. No hace mucho Susana reclamaba, exigía una vuelta al periodismo de rigor de cuando empezó esta bendita democracia. La inmediatez, venía a decir, ha sustituido a la reflexión. Puede que sea incluso peor: los bobos han sustituido a los talentosos.

  2. Siempre es penoso que desaparezcan los buenos profesionales. Deberíamos abandonar de una vez esta manía de clasificar a ciertos miembros de ciertas profesiones (jueces, fiscales, periodistas, políticos) en progres y retrógados, en de izquierdas y derechas, y quedarnos con la única clasificación que merece la pena: buenos y malos profesionales, honrados o deshonrados, honestos mentalemente o deshonestos, dignos o indignos, incorruptibles o corruptibles.

    Cuando voy al fútbol o cuando me opera un cirujano no me interesa saber si los jugadores o los cirujanos son de derechas o de izquierdas, progres o retrógados, nacionalistas periféricos o nacionalistas centralistas. Lo único que quiero es que sean buneos profesionales. Que jueguen bien al fútbol, unos; y que operen bien los otros.

    Quiero buenos periodistas, que busquen y defiendan con la mejor y mayor imparcialidad que puedan la verdad de los hechos comprobables, que lo cuenten bien y que hagan sus reflexiones y den sus opiniones con la mayor honradez que puedan, según sus limitaciones humanas que todos tenemos. Cirus.

  3. No puedo estar más de acuerdo con Lluís Bertomeu en su artículo de opinión que acabo de leer en DCCV. Todo lo que dice lo suscribo como Zarrías (¿o es Zorrías?) a cuatro manos.
    ¿Cuantos medios, cuántos directores de medios, cuantos ministros, cuántos policías a las órdenes de ciertos ministros, cuántos jueces, cuántos fiscales, cuantos periodistas deberían ponerse trajes de penitencia, coronarse las cabezas con cenizas penitenciales, organizar una procesión reconociendo sus pecados y calumnias profesionales e intentar restaurar la buena fama de Camps y la de tantos ciclistas o deportistas en las operaciones Puerto y Galgo etc?. Que lo hagan y empecemos la regeneración de España. ¿Cómo podemos admitir que un buen entrenador que ha dirigido bien a grandes equipos, pero, a la vez les ha enseñado, les ha exigido, les ha obligado a aprender y practicar comportamientos antideportivos (fingir lesiones ante pequeños golpes, lesionar sin que se note al adversario etc…) diga en público en la tele que Cristiano debe acostumbrarse a la forma de jugar tramposa, en su opinión, habitual en España, que debe aceptar como normal que, en ciertos campos, (¿El Reino de Navarra?) se insulte, se amenace, se atemorice y se les lancen objetos a los jugadores del equipo contrario? Por ahí también debe empezar la regeneración. Cirus

  4. Manuel Leguineche, otro grande que no está teniendo los reconocimientos que merece. Para comprarse sus libros, buenísimos, hay que recurrir a librerias de viejo: «la guerra de todos nosotros», «Yugoslavia Kaputt». Una pena.

  5. Sí, la verdad, una gran pena por una gran pérdida, en lo personal y en lo profesional.
    ¡ Vaya foto sr Jáuregui! Muy representativa, no falta nadie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *