Sí, era un@ de nosotr@s. Susanita. Una compañera de siempre, de andar por las Cortes, por los congresos de los partidos, por el mundo –cuántos aeropuertos, ministerios de Exteriores, palacios de reyes, cuántas covachas y secretos compartidos–. Hoy la incineran y se lleva unas cuantas cenizas de una generación entera de periodistas de los de aquellos, mejor no ponerse a recordar aquí y ahora, ay.
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