¿Torturas?

Hace algunos años, un pretendido periodista de una pretendida –aparentemente real– televisión alemana vino a entrevistarme. A algunos otros colegas, como Luis del Olmo, José María Calleja, Mamen Gurruchaga y alguien más, pienso que de El País, también. Era víspera de unas vacaciones, y hube de hacerle un hueco para que, como me rogó, no se tuviese que volver con las manos vacías a su redactor jefe, en Hamburgo. Me preguntó exclusivamente sobre el País Vasco, siendo yo como era, me dijo, un periodista con vinculaciones familiares en Euskadi. Me chocaron algunas de sus preguntas, que respondí como pude. Al cabo de un mes, el vídeo que teóricamente estaba destinado a una televisión alemana apareció como suplmento en una revista abertzale dirigida por Pepe Rei, un periodista de quien, por lástima, prefiero no hablar. Tampoco de cómo en el vídeo se incluían tomas falsas en las que se pretendía ridiculizarme. Lo peor era que en el vídeo se decía explícitamente que los periodistas que allí aparecíamos éramos sicarios, o colaboradores, o amigos, del ministro del Interior, entonces Jaime Mayor Oreja (de cuyas tesism, dicho sea de paso, discrepaba y discrepo abiertamente, pero en fin…). Era como colodcarnos en el punto de mira de una ETA que, entonces, nada tenía que ver con altos el fuego permanentes.

Lo ocurrido con la entrevista al secretario de Estado de Seguridad, Camacho, me recuerda a aquello. Lo he visto en el blog de Escolar y he pretendido acercarme a la página original. Me parece que el tema de la tortura en España puede ser cuetsión de debate, pero no de único debate en una entrevista. Sinceramente, no creo que la tortura sea, como dicen medios abertzales, una práctica común en las comisarías españolas, aunque claro que lo fue. Estamos en una democracia, un estado de derecho garantista, y si hubiese malos tratos, se sabría. Otra cosa es que algunos policías no respeten suficientemente los derechos de los detenidos o su dignidad personal. Pero me niego a caer en  las prácticas publicitarias de quienes sí que han torturado, y asesinado, y extorsionado y nos han tenido a todos bajo la bota de su terror arbitrario. Porque una cosa es que seamos partidarios de negociar la paz (yo, desde luego, lo soy, y de la forma más abierta posible) y otra que olvidemos treinta años de pesadilla que nos impusieron. Por eso, en este mundo de blogs, donde todo circula (y qué bien me parece), pero donde no todo se analiza, me parece que es bueno que cada cual haga oir sus opiniones sobre esos temas de los que no se habla en los medios /oficiales/ ni oficiosos, aunque es verdad que nosotros, en diariocritico, y críticamente (valga de redun), hayamos decidido hablar dell dichoso vídeo, para que cada cual juzgue. A mí, peor que la torpeza de Camacho (debería haber sabido que iban a utilizar el vídeo a través de los canales imaginables), me parece la posición del entrevistador, que corta…y pega. Como el famoso alemán que nos entrevistó para mayor infamia de Pepe Rei.

2 respuestas

  1. Venga, Fernando, ya esta bien de dar cancha a este tipo de chorradas que solo conduce a dar una carta mas a los etarras en la desgraciadamente cada dia mas frecuente negociacion. A mi me parece que esto es un montaje de la gente de interior para convencer a los ingenuos que, en fin, «ya que le hemos torturado, aunque sea hace 30 años, al menos demosles Navarra y la autodeterminacion para compensar». Y tu, y otros muchos como tu, dandoles alas.

  2. Torturas sistemáticas, no, que quedaría muy descarado. Pero abusos policiales sí. Yo no creía en ello en un país occidental desarrollado como el nuestro hasta que lo viví.
    El caso es que por diversas circunstancias, una serie de intervenciones policiales originadas en las denuncias falsas de un señor (las denuncias falsas requieren de alguna intervención judicial para ser denunciadas, y la propia Policía, sistemáticamente, no las trasladaba al Juzgado) y las llamémoslas «inexactitudes» plasmadas en Partes de Intervención Policial (a los que finalmente me hubieron de dejar acceder conforme la LOPD), me llevaron a notificar mediante burofax a la Comisaría que grabaría el sonido que se produjera en las siguientes intervenciones (requisito para su validez ante un Juez).
    Una de las grabaciones demuestra que un Parte de Intervención se redactó por el agente policial incurriendo en prevaricación o falsedad documental. Como tengo miedo a las consecuencias, aun no he presentado denuncia.

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