Tras el mítin ¿a dónde va Yolanda Díaz?

Fue un mítin de una campaña para unas elecciones, las de mayo, a las que no concurrirá la candidata, pero mitin al fin. Un mítin con la vista puesta en diciembre, cuando Yolanda Díaz concurrirá como cabeza de la lista de Sumar como aspirante a principal inquilina de La Moncloa. Se habló, en este ‘acto constituyente’, de que ahora ‘empieza todo’, de nuevas cartas de derechos, de un programa que está lejos de ser radical. Lo que ocurre es que son muchos los flecos, demasiadas las incógnitas, a la hora de desentrañar qué es exactamente lo que empieza, más allá de la propuesta, muy feminista, de un estilo que dice que quiere ser nuevo y de menor confrontación política que la que muestran otras opciones.

«Quiero ser la primera presidenta de España». Yolanda Díaz, sin duda el rostro de moda en estos días, no despejó muchas de las interrogantes que su candidatura suscita: qué ocurrirá con su relación con Podemos, o con su aún ‘jefe’ en el Ejecutivo Pedro Sánchez. A ninguno de los dos mencionó expresamente en su discurso de tinte reformista, en el que solamente atacó a la extrema derecha, aunque tampoco faltó alguna alusión crítica a su paisano Núñez Feijóo, que precisamente este domingo cumplía su primer año al frente del PP.

Más de un año y diecisiete actos de ‘escucha’ en toda España después, Yolanda Díaz lanzó este domingo su candidatura a la presidencia del Gobierno. Arropada por una enorme expectación y largas colas de gente que no pudo entrar en el abarrotado polideportivo Magariños, la vicepresidenta se presentó quién sabe si como rival o como futura aliada de Pedro Sánchez de cara al Gobierno que saldrá de las elecciones generales, quizá en diciembre.

Los que no estaban, por supuesto, eran los dirigentes ‘oficiales’ de Podemos. No, al menos, los máximos dirigentes, desde luego; la ruptura en ese segmento político era, de momento, un hecho. Allí estaban las previstas y previstos: Alberto Garzón, Rita Maestre, Ada Colau, Mónica García… y los representantes de los grupos que se integrarán en la suma. En la sede de Podemos, silencio, lo mismo que en el mítin protagonizado por Sánchez junto al PSC en Cataluña. Desde el PP, los primeros ataques.

‘Empieza todo’, era el lema de este acto enmarcado en el color rosa que será el característico de Sumar, la plataforma –que no partido, al menos aún, aunque allí todo ‘olía’ a partido– que ha aglutinado Yolanda Díaz desde la vicepresidencia del Gobierno de Pedro Sánchez y con una tácita complicidad del presidente. Algunos, por cierto, gritaban «vamos a por La Moncloa». Otros coreaban «Yolanda, presidenta».

El acto comenzó, sí, con bastante retraso sobre la hora prevista, con asistentes de todas las edades. El primero en hablar, el único varón entre los oradores, fue un joven de veinte años, de los que no abundaban allí, por cierto. Luego intervinieron la propietaria de una tienda de ultramarinos valenciana, una sindicalista murciana, una escritora nicaraguënse, una mujer trans, Carla Antonelli. Todos fueron muy aplaudidos por una entusiasta Díaz, de blanco inmaculado. Y eso, blanca, quiere ser su ambiciosa, inédita, propuesta de no confrontación. Parece muy complicado que pueda lograrlo. Desde luego, lo que empieza ahora es una gran movida política. Pero, ¿cuál movida? Eso, en el polideportivo Magariños, no quedó claro.

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