Un mal partido, aunque ganásemos

Menos mal que tenemos a Villa. Y, a veces, a Iniesta. Hizo bien Del Bosque –hombre imperturbable: ¿sabrá sonreir?– en quitar al niño Torres, que últimamente, ya lo vimos frente a Honduras, no da una. Cierto, ganamos a un Chile desdibujado, pero ¿convenció la Roja, digo la azul? A mí, el partido, que ví con amigos, banderas, copas y pinchos, me aburrió, no acabé de vibrar con el equipo. La verdad, me parece dudoso, y espero equivocarme, que ganemos el mundial. Bueno, al menos, la puerta sigue abierta para nosotros…

[tele=http://www.diariocritico.com/tv/video/8908/del-bosque-seleccion-espana-mundial-sudafrica-partido-chile.html]

8 respuestas

  1. Te lo diría en prosa,
    tú que mandas en el blog,
    tú que sabes tanta cosa…
    de poesía, no, no y no
    —-
    Jauregui, con tanta ciencia,
    queasta hablas de poesía,
    has emitido sentencia:
    me gana pascuamejía
    ——
    Desto, ni le echas cuenta,
    que te lo digo yo:
    en los ripios manda menda
    y pascuamejía, no, y no y no
    y no
    quél es un mal poeta
    o, al menos, es peor
    quel que firma, Malatesta,
    que tenriquece el blog,
    y deso, a ver si tenteras,
    te lo dice un servidor.

  2. Hombre, no ha sido una victoria gloriosa, pero han ganado y no han sufrido demasiado.

    Al final no han sido 3-1, sino 2-1 con gritos por parte del público de «que se besen, que se besen».

    vamos a ver con Portugal.

    Ahí va mi porra. 1-1

    y

    2-1 España en la prórroga.

  3. Ay, Malatesta, qué horror
    me acusas de mal poeta
    porque el que manda en la jeta
    te dio sordo bofetón:
    no es que yo sea mejor
    respetando sinalefas;
    es que sé contar las letras
    de mis versos sin error,
    distribuyo los acentos
    con buen ritmo y sin dolor
    y si me retan respondo,
    rápido el ojo y atento,
    incluso en Arte Mayor:

    Letras, venid, los versos conjuremos
    del a Propotkin traidor, Malatesta
    Versicida, que en sus ripios respuesta
    vicaria nos da y se va al otro extremo:

    ¡nos reta! Y sin saber de sus baremos
    acepto de buen talante la apuesta.
    Respondamos, pues, palabras, a aquesta
    y al foro la fin del lance dejemos.

    Ya me adentro veloz en los tercetos
    por mi alma de poeta y por mi honor.
    Cuento sílabas, imagino efetos,

    y ya noto que me siento mejor
    terminando las rimas del soneto
    que compuesto queda en Arte Mayor.

  4. Dijo en la tele el sujeto
    a esa bella locutora:
    «¿puedo decir un soneto?»
    «Que sea cortito; es la hora»
    (qué ignorante la señora)

    Que ma puesto en un aprieto
    el lance con Pascuamejía;
    yo los versos no los cuento,
    quel verso es mi libre albedría
    (por eso le altero el sexo)

    libertad de rima y metro
    es mi blasón y mi guía,
    no sabe cuánto lamento
    su disgusto, señoría,

    si no le gustan mis ripios
    a mí se me da una higa,
    no soy de los que me pirro
    porque me digan un día

    flor natural te damos,
    qué perfecta poesía
    questo está mu bien rimado,
    medido con maestría

    ¿Yo poeta laureado?
    ¿Le gusto a Pascuamejía?
    ¿Menaltece Don Fernando?
    Quita, quita, quita, quía

    Que uno vuela muy alto,
    libre como el ave fría,
    ignorante del halago,
    y el Arte Mayor, pa tu tía

    Mas oye, aquí está mi mano,
    esta mi mano tendía.
    Con mi amistad te regalo
    mi afecto, pascuamejía

  5. Y que me place y me hace
    contestar por alegrías,
    sin preocuparme, maría,
    de respetar las cesuras
    ni de perder el altura
    en los versos que se facen.

    ¿Qué me salen pequeños?
    -¡Qué digo pequeños, enanos!-
    que me salen trocaicos o tebanos
    que zarcos, torvos o pedreños?
    “No importa”, seguro que dirías,
    “son cosa de la albedría”;
    ¡Qué dolor tan escosío!
    Será cosa del poesío
    que veces quiero rimar y no puedo
    y a veces rimo sin parar.

    No te quiero yo quitar
    de ser el foreroeta sin par:
    a mí me aburre rimar
    sobre todo si no hay que contar.

    Volveré a mis prosaicos textos
    aceptando -¿Oiráme el Ave Fría?
    ¿O de tan alto que vuela,
    casi en el Cielo Sexto,
    la fina vista perdería
    como si le cayera un tiexto?-
    tu larga mano tendía.
    Porque, a lo que yo te he entendío,
    si a lo que llamas albedría
    llamo yo albedrío,
    a lo que llamo yo avío
    llamarás tu avía
    y como de libertad se trata
    -cosa que a la ortografía mata-
    escribirás que avías
    preparada y comida una rata
    y yo deberé entender ipsoflata
    que un rato ha ya que habías
    comido, arroz tal vez, puede que nata.
    Mas venga esa mano estilete
    -¿o será mana estileta?-
    que no digan que no es majete
    el que firma sus charletas
    como pascuamejía
    prosista de noche, atorrante de día
    con honor y con pudor
    que se atuvo al Arte Mayor
    que le agradece mi tía,
    mi tía la de Santa María,
    la de Santa María la Mayor. 

  6. Y ante semejante despliegue literario, que c_j_n_s hacemos los que solo sabemos sumar, o si acaso multiplicar?

    SIN AVASALLAR EH!!!

  7. tienes razón, pazos, me dejé llevar por la euforia de la victoria de españa y la diversión de las rimas. mea culpa, mea maxima culpa.

  8. Al ya amigo Pazos, con cariño o cariña

    amigo pazos, o pazas,
    que no te me acollones,
    no son lances, sino chanzas
    destos dos comilitones
    (o comilitonas, ¿no Pascua?)
    un batallo, o una batalla,
    de poetas, qué cojones
    –dilo así, tío cagueta–,

    de dos tíos sin vergüenza
    –ni vergüenzo–, con bemoles,
    que se lanzan a la guerra
    ya sin reglas ni razones,
    pa que dicte la sentencia
    aquel que lea estos blogues
    –o blogas, no hay diferencia–.

    Dos tíos con mucha jeta
    pascuamejía en los pares
    y malatesta en los nones.
    (madre mía, vaya sones)

    Lo suyo, Pazos, vuecencia,
    es muy serio, no abandone
    el talante de inocencia,
    ese aire de bonhomme

    Deje usted a la bohemia,
    a locos vestidos de hombre,
    que se lancen la saeta
    envenenada de nombres,
    el de Pascua y Malatesta,
    buscando heridas enormes,
    matar allí donde duela
    la honrilla intelectualoide
    deste pobre jubileta
    o de Mejía, aunque ignore
    a qué dedica sus fiestas
    y los laborables; oye
    Pazos, no te sientas
    fuera destos adobes
    que son casa del poeta

    –o poeto, sí;
    palabra de Malatesta–

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