Por cierto: hoy he ido a la presentación del libro de Rafael Vera. ’19 puertas’, lo titula. Toda una colección del pasado estaba allá. Con Felipe González, Rodríguez Ibarra y mucha patulea contemporánea de aquellos (algunos periodistas incluídos) presentes en el hotel Wellington, con Antoñita Iglesias de moderadora (my God). Tengo sentimientos encontrados acerca de Vera y de su época. Me parece que no fuimos del todo justos, ni él tampoco, con él. Ni con sus circunstancias. Claro que no todo se hizo bien, quizá casi nada se hizo bien. Pero a lo mejor había que hacerlo, y no hablo, claro, de los fondos reservados, tema que no tengo claro: ¿se quedó Vera con dinero de esos fondos para su bolsillo? No seré yo quien lo asegure, ni quien ponga la mano en el fuego. No lo sé, simplemente. Y la verdad es que periodistas como Pedro J. abogaban entonces por medidas durísimas: a Alfonso Pajuelo, jefe de Economía de Diario 16, y a mí, jefe de Internacional, nos echó de un consejo de redacción porque nos opusimos a un editorial defendiendo la restauración de la pena de muerte para los terroristas. Así fue, y así lo cuento. Luego, ya se sabe quién fue el mayor enemigo de los métodos (aberrantes) atribuídos, seguramente con razón, a Vera.
Así que yo no quiero juzgar para no ser juzgado, ni me toca condenar para no ser condenado. Pero a cada uno lo suyo. Y este jueves, en el Wellington, a Vera, los suyos, que llenaban el salón, lo aplaudían. Otros simplemente mirábamos y recordábamos una época que a mí me parece que no fue mejor que esta, ni mucho menos. Aunque Felipe tenga más cara de estadista que Zapatero, que no es difícil.
Otra vez por cierto:el libro es bastante malo. No cuenta nada nuevo. Confiemos en que haya otros posteriores…
Deja una respuesta