Soy afortunado: estuve en otra jornada histórica. Es lo que nos el destino nos reserva a los periodistas inquietos, a los que nos gusta lo presencial, estar allí oteando y chismorreando. Jornadas históricas, últimamente, tenemos muchas (yo llevo treinta y siete años de ejercicio profesional, 37 años de jornadas históricas a mansalva, porque la vida es cambio, y más con la que está cayendo). Pero esta jornada histórica fue bastante feliz: me gusta Patxi López y me disgusta, siempre me disgustó, un talante como el de Ibarretxe. Así que aquí os dejo este comentario que, nada más llegar de Vitoria, escribí para mi periódico, agotado pero, ya digo, contento. Muy contento. Aupa, Patxi.
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