Pues eso: que tanto la izquierda como la derecha tienen que revisar muchos esquemas: se han quedado en el S XX, pero en los años ochenta, con la caída del muro. De lo de luego, no hemos aprendido nada.
Pues eso: que tanto la izquierda como la derecha tienen que revisar muchos esquemas: se han quedado en el S XX, pero en los años ochenta, con la caída del muro. De lo de luego, no hemos aprendido nada.
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Cándido Méndez tiene 62 años y nació el mismo día que yo. No debería volver al cargo porque sería francamente más útil en la asesoría, en la reflexión, en el backstage que es donde debemos estar los que ya no somos de este siglo por más que nos empeñemos. Sé que no estás de acuerdo conmigo –aunque alguna frase de tu artículo apunta por ahí- pero hay que oír con atención a los treintañeros para darse cuenta que tienen mucho que decir, de enjundia y calado y cercanos a un mundo que ya nos ha superado en conocimiento y complejidad.
No creo que se trate de República o Monarquía por más que muchos crean que sí. Para mí se trata de edad y capacidad, de preparación y conocimiento y, por supuesto, de libertad parlamentaria. Un sistema parlamentario del XIX, rechoncho, apoltronado, adocenado y sumiso como el nuestro no puede ofrecer ni remotamente una respuesta a demandas sociales del XXI cuando los ciudadanos podemos asomarnos a las cámaras legislativas sin que a Posada et al le dé un putuflús.
En cuanto a los escraches, totalmente de acuerdo: una cosa es estar cabreado y protestar civilizada y pacíficamente contra los inútiles en sede parlamentaria o cercanías –o en Ferraz y Génova- y otra que estemos al borde de pegarnos y lo digo tanto por los escrachadores violentos como por el tonto Sigfrid Soria al que lo que le hace falta son algunas lecturas.
P.S.: A mí me gusta Rubalcaba por muchas cosas no siendo la menor que sabe matemáticas, pero no es este su tiempo. Nos costará entenderlo a los menos jóvenes, pero nuestros trenes ya pasaron y ahora somos cojos en una carrera de velocistas profesionales. Es mejor que asesoremos, mediemos desde el backstage y dejemos que las aguas represadas de la re-generación (nueva generación) corran. Abrazo.
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