Y usted ¿ha oído algo digno de mención?


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¿Ha oído usted algo procedente de nuestros máximos responsables políticos tras las duras medidas dictadas por Berlusconi y Passos Coelho, primeros ministros de países con estructuras y problemas similares a los españoles? No; aquí el debate es a ver quién está tomando más vacaciones…
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Las duras, durísimas, medidas de ajuste económico urgidas por el Gobierno italiano, los planes de ahorro fiscal determinados en Portugal, las medidas de austeridad que planea Francia, han sido como bombas caídas en el patio trasero de una clase política española cuyo debate de la semana ha consistido en un ‘y tú más vacaciones que yo’. En el momento de escribir este comentario, no he escuchado a ninguno de los máximos representantes políticos hablar, para bien o para mal, de ese impuesto especial que Berlusconi ha tenido que cargar sobre las espaldas de los ‘ricos’, ni sobre la supresión de provincias y ayuntamientos en Italia –una idea que aquí se ha barajado y sobre la que he tenido ocasión de preguntar en estos meses a varios dirigentes españoles, cuya respuesta es siempre que eso aquí no es necesario–. Y, ya que estamos, creo recordar que, aparte de algunas ideas un poco prendidas con alfileres que Rubalcaba ha puesto sobre el tapete, aquí nadie ha dicho nada sobre cualquier cosa relevante desde que comenzó este mes de agosto tan cargado de sobresaltos.

No; aquí, en España todos parecen muy satisfechos con la espectacular subida –subida de un día, claro—de los valores del Ibex y con la no menos espectacular bajada del diferencial de nuestra deuda tras la decisión del imprevisible y autoritario Trichet de que el Banco Central Europeo comprase deuda española e italiana. Así, los errores y aciertos de un Trichet a quien nadie parece pedirle cuentas, y medidas coyunturales como la prohibición (temporal) de especular con valores bancarios son los que condicionan las cifras de la macroeconomía española en el aquí y ahora. Pero ni eso quiere decir que la mejora vaya a ser permanente ni que las cosas en Europa estén dirigidas de una manera coherente y menos aún coordinada.

Lo que sí sabemos es que el BCE envió una dura carta al Gobierno italiano, y otra no tan dura pero sí muy firme, al español exigiendo, a cambio de la compra de deuda, que las reformas se ahonden y aceleren. Berlusconi respondió con una sesión urgente en el Parlamento y con la adopción de medidas que van a costar a los italianos sangre, sudor y lágrimas: “mi corazón sangra porque mi Gobierno presumía de no haber metido jamás la mano en el bolsillo de los italianos”, decía el peculiar ‘cavaliere’, enfrentado a la ira de la oposición, de la patronal, de los sindicatos, de los alcaldes y, claro, de los ciudadanos de a pie.

Reconozco no ser tan experto en países que conozco, sin embargo, bastante bien, como Italia y Portugal, como para determinar si el ajuste es el conveniente o si está presionándose excesivamente a una ciudadanía que se había instalado en el estado de bienestar más confortable. Pero sí sé que el tema merecería al menos un debate urgente en las Cortes españolas y la planificación de algunas soluciones para ahorrar que vayan más allá del recorte en autos blindados, en programas de las teles autonómicas o en asesores. O que vayan más allá de los cambios en el impuesto de sociedades y el ‘stop’ al gasto farmacéutico, que tantas protestas está generando. Veremos si el Consejo de Ministros del próximo viernes trae consigo algo más que el decreto que anunció Zapatero, quien va a pedir, por cierto, comparecer ante el Congreso a comienzos de septiembre para explicar el estado económico de la nación.

Pero todo indica que este Ejecutivo ya no da más de sí, ni tiene tiempo para poner en marcha una serie de medidas tan revolucionarias como las arbitradas en Italia, por ejemplo. Socialistas y ‘populares’ han sido incapaces, hasta el momento, de anunciar un acuerdo en lo fundamental, por mucho que ya estemos abocados a la campaña electoral, y señalar al unísono que, gane quien gane las elecciones, se cumplirán los ajustes que entre los dos pacten. Y ese pacto, aunque sea tras el 20-n, habrá de darse forzosamente. Lo que me resulta muy duro de aceptar es que eso no se anuncie ahora previamente, de manera solemne, para aumentar la credibilidad de España como país ante el oleaje exterior. Spain, aunque pretendan convencernos de lo contrario, is not different. Y, además, camina con mayor lentitud que los famosos países de nuestro entorno. Serán los calores agosteños.

7 respuestas

  1. Me extraña que los que critican las medidas que tomó el gobierno, ( el PP por ejemplo) que ha llamado a zapatero el presidente que más recortes sociales ha hecho en la historia de nuestro país, no diga que recortes va a hacer.

    Si el PP hubiera apoyado al gobierno desde el principio, cuando hubo que hacerlos, las cosas se habrían hecho con más rápidez y menos desgaste para el gobierno, pero ¡Amigo! Justo eso, es lo que no quiere el adversario, antes hundidos, que dar un respiro al que gobierna.

    Indicios ya tenemos algunos, que muchos prefieren ignorar o al menos no se hacen eco de ello. No obstante y como a mí no me es molestia, les cuento de vez en vez, algunas cosillas. Mis fuentes son fiables, se los aseguro.

    Hoy tenemos a un reputado miembro del consejo de rtve, que parece andar haciendo cábalas con los próximos cargos en el ente

    – Tan artificial es el paraguas de que todos protestan luego cabalgamos como el de insinuar que el modelo corre peligro tras las elecciones. Esta nueva cantinela es un ejemplo más del presunto y falso monopolio de la pluralidad en RTVE que se adjudica el PSOE cuando nunca antes hubo mayor dependencia gubernamental en cualquier ámbito de la Corporación que se trate (en los informativos, en la producción externa de programas, en la gestión económica…). Mucho antes de Ana Pastor ya existían «Los Desayunos de TVE» y existirán después con infinitas posibilidades de mejorar. – Blogosfera popular – Ramón Moreno –

    Una que si ganan, irá a la calle de cabeza, pero deberían tener un poco de moderación y esperar a obtener el sillón.

    Si E. Aguirre se deshizo del Sr G. Yanke ( periodista serio, al que admiro) siendo éste de su mismo pensamiento ¿Qué no van a hacer, con alguien que piensa de otra forma?

  2. Sensei, la verdad es que no, no he oído nada digno de mención, pero el
    problema radica en que, lo que para mí sería digno de mención, es que
    quién ya sabes y todos sus correligionarios,desaparecieran para siempre
    jamás de la vida de los españoles,… bueno, no hay que ser egoísta, que
    desaparecieran de la faz de la tierra, así no fastidiarían a nadie y,el mun-
    do, sería un lugar mucho mejor para vivir. Un abrazo Sensei.

  3. No hay nada como cultivar las cristianas virtudes. ¡ Qué envidia me dan las personas con buenos sentimiento!

  4. ¿Verdad que sí?

  5. Una de cal y otra de arena:

    Rajoy: hay que reorganizar el Estado y disminuir el número de municipios.
    Cospedal: la culpa de la burbuja del ladrillo, es de Zapatero.

    Por fin se moja maese Rajoy con una propuesta tangible. En Tenerife sin ir más lejos, tenemos 31 ayuntamientos, que bien podrían ser 7.

    Lo de Cospedal, mejor no decir nada; porque si discutes con un imbécil, te pones a su misma altura, y además tiene las de ganar por experiencia.

  6. ¿Verdad que sí, G.K.?

  7. Del dicho (de Rajoy) al hecho hay un buen trecho. El futuro gobierno de Rajoy consistirá de principio a fin en: «La culpa es de Zapatero». ¡Punto pelota! Y soy votante de derechas, pero realista, no abducida ni aborregada como una gran mayoría. ¡Todos los políticos son iguales! (de malos, claro)

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