Zapatero no tiene toda la culpa

Es muy español esto de echar toda la culpa de todo a una sola persona, simplemente porque es la que nos pilla más a mano. Pero la culpa la tiene ETA.

Zapatero tiene pros y contras:

-Agarró el toro por los cuernos, echándole valor.

-Pero no le echó sabiduría. Ignoró que no hay una sola ETA. Que podrían estar confundiéndole.

-Fue algo ingenuo, pero nos dijo ‘su’ verdad: que era posible derrotar al terrorismo. Y lo es.

-Luego cometió errores de estrategia: se marchó a Doñana, no fue a la ‘zona cero’…Y también cuenta todo eso, aunque no sea lo primordial

-Otros negociaron, al fin y al cabo, con la banda, y también salió mal.

-Se ha ensayado de todo: palo y zanahoria, con todos los gobiernos anteriores. Fue ETA la que echó por tierra las negociaciones. Siempre. Pero eso no da la razón a los agoreros, a los que dicen que no hay que negociar.

-Por una vez, la suerte abandonó a Zapatero y dijo lo que no había que decir justo veinte horas antes de la catástrofe. Se fiaba demasiado de su buena estrella.

-Ahora, al menos, parece que ZP vira. Algo. No sabemos aún cuánto. Otros no viraron en materias tanto o más importantes

-Por fin, lo que nos hace falta ahora es moderación. Comentarios moderados, no salvajadas ultras ni proclamas de apoyo incondicional al presidente. Jamás se hizo más necesario elaborar posiciones centristas. O centradas.

18 respuestas

  1. Hola, es la primera vez que le escribo. No sabía que tenía un blog público, aunque de haberlo sabido quizá tampoco le habría escrito antes. Bueno, no sé, a lo que voy. He podido leer –porque el día de autos no pude ver la tele– que en el programa de Telemadrid Alto y Claro usted, prontamente de producido el asesino y destructor ataque contra la libertad en la T-4 de Barajas, pues ha tenido el cuajo de manifestar que: “se tiene que negociar de nuevo con la Eta”(no es literal pero creo, salvo que usted me corrija, que el sentido es tal como lo expongo) Lo cual me ha parecido increíble.

    Podría discutir discrepando de la misma forma y con similares argumentos a como le han discutido, e incluso discutirán más adelante, la miríada de periodistas y tertulianos que disienten de sus planteamientos. Pero no, pues creo que me centraré en otro aspecto. El por qué de usted y su postura.

    Es fácil ser un tío de posiciones exóticas –aunque éstas sean ahora pro gubernamentales– cuando uno es un adinerado. Porque señor Jáuregui, usted y muchos periodistas que hablan de lo humano y critican lo divino, son más divinos que humanos. Ni viven donde viven los demás, ni comen donde comen ni lo que comen los demás, ni se les ve por la calle; si acaso alguna vez le he visto entrar en un sarao político en alguno de los hoteles más lujosos de Madrid (lo que no impedía que en tan magno receptáculo se congregase los más granado de las… izquierdas) Y es que el proletario de plumilla nunca ha sido muy proletario, el jodío. En definitiva, que usted a quien tiene que complacer no es al currela de la calle ni al inmigrante que pierde la vida mientras duerme, sin saber que será el daño colateral de una lucha terroristas para imponer una dictadura comunista. No. Usted a quien contenta es a otros adinerados: los progres pro gubernamentales. Y así, a usted nunca podré llegar yo y cagarme en lo cagable por decir que se tiene que negociar con los asesinos de mi familia, amigos o compatriota. Qué va. Usted la única crítica que recibirá será una palmada en la espalda entre canapé y canapá de algún jerifalte zapaterito: “muy bien Fernando, estuviste bien, valiente, muy valiente. Que sepas que el Presidente piensa como tú, pero, de momento, él no se puede expresar así. Ahora, Fernando, está bien que tú lo hagas, que tú te mojes, que tú abras camino que por tu vereda ya caminará el Presi”.

    Es decir, señor Jáuregui, que usted no opina, ni emite juicios políticos, ni se hace eco de noticias con más o menos empatía hacia ningún tipo de víctima. Usted abre camino a las izquierdas y, si la broza no es muy densa, ellos le seguirán. En caso contrario, su exhibición de culo al aire también será gratamente recompensada. Ahí, ahí: recompensa. Bonita palabras de reminiscencias cuatreras.

  2. A FranValde:
    No siempre se actúa por recompensas, contra lo que piensan los buscadores de ellas. En todo caso, la prueba es que, si las buscase, no me habría salido demasiado bien el plan: salí de RNE y TVE cuando llegaron los socialistas y ha sido un amigo de Zapatero, su ex secretario de Comunicación Miguel Barroso, quien hizo lo imposible para que abandonase Onda Cero. Y dígame qué recompensas, además de esas tan sustanciosas que le digo, tengo o busco. Todo lo que tengo, que no es para tanto, la verdad, lo he conseguido trabajando como un burro durante treinta y cinco años. Lo cierto es que recompensas materiales, ninguna. Morales, a veces tampoco, y esta nota suya me lo reafirma.
    Me parece que a la hora del análisis no hay que ser –perdón, pero no tengo otra palabra– miserable. Insisto en que hay gente que, ya ve usted, actúa por convicciones. No sé si usted ha tenido la desgracia de vivir amenazado por ETA. Yo sí, y mi familia. Y conste que siempre he tenido los mismos planteamientos, que no es que los haya cambiado ahora. Hay que negociar, porque con las soluciones policiales solas no basta. No sé si usted escuchó mi intervención, pero en ella dije que la dureza contra los terroristas no excluye la negociación. Y me importa un pito si el presidente del Gobierno o sus adláteres –mire, hoy mismo uno de ellos me ha reprochado, en la Pascua Militar, mi escasa afección por ellos– comparten o no estas ideas, que realmente es difícil saberlo dada su ambigüedad. Solamente reivindico mi derecho a expresar la manera como yo creo que llegaríamos a una paz que deseo tanto como usted o quién sabe si más que usted.
    Usted, de quien nada sé y por tanto ignoro si conoce bien o no el problema vasco, que yo he tenido la desgracia de tener que soportar personal y familiarmente demasiado tiempo, puede discrepar de mis planteamientos, y me parece muy correcto y, por lo que le leo, hasta natural que así lo haga. Lo que me duele es que me someta a procesos de intenciones, como lo de la búsqueda de recompensas, que me resultan insultantes. ¡Qué sabrá usted!
    Por cierto, los periodistas tenemos que frecuentar todo tipo de locales, restaurantes y hoteles para ejercer nuestra profesión. En unos sitios se nos ve, en otros quizá no tanto. Claro que usted no tiene por qué entender de esto, aunque acaso debería mostrarse algo más prudente a la hora de (des)calificar, y de hacerlo desde el anonimato.
    Por lo demás, no tiene usted derecho, creo, a prejuzgar qué vida hago o con quién me relaciono: se sorprendería. Pero de eso, lógicamente, tampoco sabe usted nada y, a tenor del tono que emplea para dirigirse a mí, me alegro, la verdad.
    Confío en no haberle respondido con la misma acritud que usted ha empleado para conmigo. En todo caso, si le he molestado, le pido perdón, pero no puede usted esperar que me quede callado ante tanto despropósito sobre lo que hago, dejo de hacer o sobre lo que pretendo.
    Por cierto, seguro que conozco a muchas más víctimas del terrorismo que usted, y que algunas me son o me han sido mucho más cercanas. El problema de las dos españas se superará cuando la tolerancia y el diálogo sustituyan a la ira, a la envidia y al insulto simplón y poco meditado. Pero ¿será eso alguna vez posible?
    Atentamente

  3. Caramba don Fernando, no esperaba tan pronta respuesta; se nota que hoy es sábado de reyes y no ponen nada bueno en la tele (como casi siempre, por otra parte) De todos modos, le agradezco sinceramente que condescienda en responderme. Y, si no le aburre demasiado, insistiré un poquito con mi argumentación.

    Lo primero, siento que crea que mi intención es descalificarle. Nada más lejos de mi propósito, pues precisamente pretendo todo lo contrario: calificarle muy concretamente. Como parte de una élite opinante alejada del común de los mortales por otra parte. Amasadores –de masa– de una opinión pública de la que hace tiempo no son parte. Y oiga, perdone, que esto que escribo no es una crítica personal sólo hacia usted, pues lo pienso del general de los contertulios de radios y televisiones, escorados o con deriva hacia las más diversas facciones. ¿Por qué ocurre esto? Se lo he dicho: porque por regla general frecuentan unos sitios que no frecuentan el resto de los mortales. ¿Qué ahí es dónde se genera la noticia? Perfectamente don Fernando, y gracias por confirmar que esto que digo es así.

    Pero efectivamente y como me señala usted, dejemos las alusiones personales (tiene todo el derecho a pacer donde y con quien quiera –¡faltaría más!–, aunque yo crea observar que eso altera su percepción callejera de la realidad) Vayamos al tema que me duele y me indigna: vayamos al tema de la Eta.

    Don Fernando, efectivamente me descubro miserable en mis argumentos y tono porque su opinión me rebela. Y es que no la entiendo. No me cabe en la cabeza que nadie, y lea bien, nadie sea capaz de mantener que haya que dialogar con terroristas. Y para que nadie me pille con el pié cambiado: erróneamente lo hizo González, fatal lo hizo Aznar, y rematadamente mal lo está llevando a cabo Zapatero. El Estado no puede dialogar con terroristas, ya que la sola muestra de tal debilidad es suficiente estímulo para que ellos, con sus mortales medios, quieran acelerar dicho proceso de diálogo. Es decir: si usted afirma que cabe la posibilidad de dialogar, ellos intentarán acelerar el momento del diálogo (sabedores, como lo sabemos todos, que en una negociación-diálogo siempre sacarán algo) Entonces, dígame ¿qué tienen que sacar los terroristas de un Estado de Derecho? Es más ¿qué tienen que sacar después de sembrar de cadáveres el final del franquismo y toda nuestra anhelada democracia? Nada don Fernando, no tienen que sacar nada más que la cárcel. En fin, creo que en esta parte estamos bastante de acuerdo usted y yo, variando sólo el punto capital de la posible negociación. Avancemos, pues, sobre el nudo gordiano.

    Usted repite un axioma que he leído y escuchado a distintos opinantes de esos que vislumbro tan lejanos: con la Eta no se termina sólo con medidas policiales. ¡Hala! Dicho queda. Se dice y se repite, se sostiene y se afirma, pero nadie lo confirma. Don Fernando ¿me puede usted decir cómo es eso de que sólo con la vía policial no se puede acabar con el terrorismo? ¿Qué pruebas, qué análisis, qué experiencia es esa que marca el frontispicio de los negociadores con la Eta? No entiendo tal conclusión. Cuando es precisamente la experiencia vivida la que nos indica todo lo contrario: lo que sí se ha demostrado inútil, una vez tras otra, ha sido el diálogo con la Eta, pues NUNCA ha servido para nada más que coger resuello los terroristas. Además, si un estado cede a sentarse con unos delincuentes que, debido a la crueldad y método utilizado, reciben la denominación de terroristas, está legitimando en parte tan delictuoso método de obligar al gobierno a dialogar con ellos.

    Termino porque nos alargamos. También dice usted que la negociación no es incompatible con la contundencia en la acción policial. Y me vuelve a asombrar don Fernando. Porque precisamente no suspender el Estado de Derecho, que es lo que reclamaba Otegi, Pernando, la Eta desde el Zutabe, etc., etc., etc., es lo que provoca el atentado de Barajas. Lo venían avisando: con represión no hay proceso. Ergo, si Zapatero quiere seguir dialogando con bestias, habrá de percibir como se las gastan. Y así, repito, tras avisar y protestar por la represión, y, finalmente, tras llamar al compromiso concreto después de nueve meses de cese de las “acciones armadas” (y una vez con fuerza los etarras, es decir, una vez utilizada la tregua para armarse) sintieron que podían presionar a Zapatero poniendo su capacidad encima de la mesa de negociación. Que es lo que pasa, don Fernando, cuando se les facilita una mesa: ellos te la pueden llenar de muertos y explosivos.

    Un saludo y gracias por la atención.

    PDT: Siento mi primera torpe irrupción en su blog. Y, aunque el tema de la Eta me subleva, espero que haya apreciado una bajada en el tono de mi segunda intervención.

  4. Lo malo que tiene esto del periodismo ciudadano es que cualquiera sabe empuñar un lápiz, o clavar los dedos en un teclado, igual da, para poner verde al otro. Es demasiado fácil, qué le vamos a hacer. Posiblemente algunos creerán que eso es ser periodista, que en eso consiste ser columnista… En fin, cualquiera hace palotes.
    Yo estoy convencido de que ETA sólo desaparecerá voluntariamente, cuando fuertemente presionada por la policía comprenda que no tiene cabida en una sociedad avanzada. Pero dudo mucho de que con 150.000 votos detrás se la pueda vencer SÓLO policialmente.
    No obstante tampoco creo que los que discrepen de esta personalísima opinión sean unas vividores e incongruentes izquierdistas, o peligrosos fascistas dispuestos a cabalgar el caballo de Franco. Simplemente quien piensa distinto que yo es… es que tiene otra opinión.
    En fin, Zapatero ha hecho lo mismo que otros, pero a mi parecer, ha sido demasiado ingenuo y engreído, no podía aceptar (kale borroka, robo de armas, extrosiones, zulos diversos) lo que se le venía encima. Y lo que se le venía era un mercancías a toda velocidad. Ingenuo y crédulo. Todos hemos perdido.
    España la que más.

  5. A FranValde:
    Agradezco, en efecto, el cambio de tono. Porque, como dice Pedro de Hoyos, a quien tampoco conozco, es, simplemente, que tenemos otra opinión. Y no pasa nada, mientras las confrontemos educadamente y sin agresiones. Porque nosotros, pensemos como pensemos, somos los buenos y ellos los malos. El día en el que toda la sociedad les plante cara, liderada por el Gobierno que toque y que haya sabido llegar a un consenso entre las distintas posiciones, la camada de asesinos habrá empezado a desaparecer de verdad.
    En fin, que ojalá este 2007 sea feliz

  6. Lo que usted ha escrito, señor Jauregui, es la consigna del gobierno, repetida hasta la saciedad en todos los medios afines. ¿Pero de verdad no hay voces criticas e independientes en la izquierda?

  7. Efectivamente Pedro, en esto de Internet pasa lo que dices: que cualquiera puede poner cualquier cosa; es un poco como la calle: cualquiera te suelta una fresca si no le gusta lo que dices. Al contrario pasa en la prensa de papel, donde el periodista/columnista escribe su crónica u opinión, y, se queda tan fresco; no faltándole el sobre terminando el mes, no va mal la cosa. Ahora bien, ínfulas periodísticas poquitas, pues no somos más que críticos sin otro horizonte que rellenar unos ratos frente a la pantalla.

    Pero vayamos al tema antes de ir al sobre, que también es hora.

    Don Fernando no ha querido revelar qué explicación encuentra en su axiomática postura en pro del diálogo con terroristas. Sostiene que la vía policial no es el único camino (en parte estoy de acuerdo con él, aunque en sentido contrario a su conclusión), sin embargo no sabe o quiere explicar en qué funda su convencimiento. Toda vez que lo que sí demuestran los datos empíricos de cada negociación, es que el resultado ha sido absolutamente contrario a lo argumentado por los defensores de la negociación. En fin, esperemos que algún día don Fernando, o quien sea, nos quiera y sepa explicar por qué la vía negociadora es mejor que la vía policial.

    Ahora atenderé tu argumentación, querido Pedro.

    Dudas que con 150.000 votos se pueda solucionar un problema únicamente por la vía policial. Pero aquí, y en mi humilde opinión, yerras en el análisis. ¿Qué tienen que ver los votos de la mal llamada izquierda abertzale (¿izquierda patriótica de qué?) con la actividad delincuencial de la Eta? Una cosa es una cosa, y dos un par. El tema del terrorismo sí tiene una solución principalmente policial; el tema del separatismo en el País Vasco –o donde sea– no tiene, ni puede, ser acometido con parámetros policiales (al menos en una democracia) Ahora bien, si un partido –como ha sido, hasta que llegó Zapatero, el caso de Batasuna– utiliza el sistema de partidos, el Estado de Derecho y la Ley en definitiva, para colaborar con una banda terrorista, efectivamente el instrumento de participación política que hasta entonces han estado utilizando unos miles de ciudadanos, trasciende al apartado judicial/policial: pues hay que ilegalizarlo. Cuidado, no se ilegalizan las gentes que, equivocadamente o no, utilizan una plataforma política que hasta entonces era legal, sino que dicha plataforma, por actuar en connivencia con delincuentes, queda sin efectos legales posibles. Si la ley se incumple, la justicia debe actuar, sea contra un partido político, contra un club de fútbol o contra la peña de bingueros de más de sesenta años afincada en Benidor.

    El tema policial y el tema político se cruzan cuando alguien sostiene, como lo hacen algunos, que la vía para resolver un problema terrorista es el diálogo. Dicha apreciación constituye un banderín de enganche para que los terroristas pongan en marcha una plataforma política que ayude a la consecución de sus objetivos. Lo hacen con sus precauciones, burlando y utilizando al Estado de Derecho en su beneficio, pero al final y con trabajo la policía lo termina demostrando: Batasuna era un instrumento de Eta. Ergo tiene que ser ilegalizada. ¿Y las pobres 150.000 almas cándidas que eran dignas de tu preocupación? No pasa nada, que se busquen otra plataforma política, pero deben de entender que no se puede utilizar ninguna asociación o partido para apoyar un grupo terrorista. Que no culpen a los jueces y policía por probarlo, que culpen a los dirigentes de Batasuna que les han dejado sin instrumento político al incurrir en la ilegalidad de colaboración con banda armada.

    Bien, a pesar de mi anterior párrafo, creo entender por donde vas, Pedro. Pues aunque los batasunos no tengan su plataforma política, estos 150.000 apoyos no desaparecerán. ¿Verdad? Pues tengo que decirte una cosa: tienes toda la razón. Pero es más, Pedro, no tienen por qué desaparecer. Ellos con entender que en democracia pueden fundar el partido que quieran para defender la idea que les apetezca, tienen suficiente. Cuidándose muy mucho, para la próxima vez, de que los dirigentes de la plataforma a la que se adhieran, no incumplan la legalidad colaborando con banda armada. Y para eso: cumplimiento de la ley de partidos. Es simple.

    El Estado de Derecho no puede tolerar un argumento que dinamita su propia esencia. Y que es aquel que sostiene que, puesto que a Batasuna-Eta la apoya cierto número de personas, TIENEN UN GRADO DE LEGITIMIDAD POLÍTICA. ¡Y una leche! La legitimidad no la otorga el número, la otorga la ley. Eso si estamos hablando de democracia y Estado de Derecho. Pues es la ley la que se cumple -¡la que se tiene que cumplir!– y el marco adecuado donde dirimir nuestras diferencias políticas. Como por ejemplo cuando celebramos elecciones y allí sí, bajo el amparo y la protección de la ley, aceptamos unos resultados que arrojan unos ganadores; todo, repito, respetando la ley. Que es un marco anterior y preestablecido para preservar que, por ejemplo, una turba muy numerosa entre en un colegio electoral y sea capaz de proclamar que, puesto que ellos son tantos o cuantos, tienen la legitimidad de hacer lo que les plazca; tendrán el número y por tanto la fuerza, pero por incumplir la ley carecen de legitimidad. ¿Me he sabido explicar?

    En cuanto al número, dice tan poco si recordamos a Hitler y su perversión numérica en tantos órdenes…

    Un saludo y me piro al sobre que la parienta me mata.

  8. FranVal; creo que tu disquisición por ser larga y extensa, merece ser una opinión más; y aquí estamos para opinar; y en esto de la opinión sobre el fin de la violencia de ETA, unos opinais que solo es necesario utilizar medidas policiales y jurídicas (en algún otro momento medidas parapoliciales) y otros, entre los que me encuentro, consideramos que a las mediadas policiales y jurídicas, se le pueden sumar negociaciones para poner definitivamente fin a la violencia, abandono de las armas y apertura de un proceso que vaya solucionando el acercamiento de presos, en un principio y salida de presos en un tiempo razonable, y nada más, porque el resto de las cuestiones políticas, las deberan defender democráticamente en los foros legislativos. Todos intuimos que estamos ante un proceso largo, en el que apareceran disensiones por ámbas partes, como así ha sucedido; pero le toque al Zapatero de turno o al lider de la derecha que gobierne; estarán obligados al deseo de la mayoría del país: acabar con la violencia de ETA, aunque sea negociando medidas de reinserción, sin otorgar políticamente nada. Ah, por cierto, hay que ser ingenuo para pensar que ETA se ha rearmado, durante este proceso de negociación; desde tiempo de Suarez, he oido contínuamente que estamos cerca del fin de ETA

  9. Onairam, no hace falta señalar lo obvio: por supuesto que mi opinión es una más, pero es la mía y por eso la defiendo. Por eso y porque creo que intercambiando opiniones podemos ejercitar e incluso ampliar nuestro propio entendimiento del problema. Y aquí estamos, hablando del problema.

    Eta no hace violencia, hace terrorismo. Porque el terrorismo, aunque pueda emplear igualmente la violencia para conseguir sus fines, va más allá de la mera violencia individual empleada por un simple delincuente, e incluso un grupo de delincuentes cuyo único fin es su lucro personal o colectivo. El terrorismo es otra cosa, pues busca generalmente la consecución de unos fines clasificados como políticos mediante el ataque y/o destrucción de un Estado y sus instituciones. Es decir, el delincuente ataca concretamente a una parte de la sociedad; sin embargo el terrorismo, por atacar al Estado, nos ataca a todos.

    Yo no opino que únicamente se tengan que utilizar medidas políticas/judiciales (siendo éstas importantísimas) Lo que mantengo, y mantendré ante quien sea, es que la negociación NUNCA puede ser una medida eficaz para combatir el terrorismo, sino todo lo contrario. ¿Qué tú y otros disentís de mi afirmación? Me parece perfecto. Con una salvedad: mi convencimiento está avalado por las sucesivas y malogradas negociaciones con los etarras; las vuestras, por el contrario, siempre apelan a una buena voluntad que no ha dejado de fracasar. Además, cada negociación-diálogo con la banda se cobra un precio político para el Estado, quien pone al Estado de Derecho a merced de los antojos del terrorismo. Por el contrario, mi política de no-negociación lo que hace es reforzar al Estado señalando lo inútil de pretender abrir una puerta –la del diálogo– que el Estado cierra a cal y canto. Si el Estado, independientemente del gobierno que nos dirigiese, se negase por principio de Estado a la negociación ¿qué baza le quedaría a la Esta? ¿Derrotarnos? ¡Eso es imposible! Y ellos lo saben. Como también saben que, sin embargo, sí pueden obligar a ceder e hincar la rodilla de la negociación mediante los sucesivos ataques y el amontonamiento de cadáveres. Análisis, el etarra, que los sucesivos gobiernos se han encargado de corroborar; Zapatero sólo ha sido uno más.

    Por no alargarme demasiado en este mensaje te indicaré que, cuando quieras y con la extensión que desees, te puedo decir qué medidas –todas legales– y sobre qué políticas– además de las jurídico/policiales– debería acometer un Estado para derrotar TOTALMENTE a un grupo terrorista.

    Y ahora por favor, no mezclemos. Estoy absolutamente en contra de las medidas que tú denominas parapoliciales; eufemismo utilizado para designar al terrorismo de Estado, y fue practicado en la época del socialista González, y cuya responsabilidad recayó judicialmente en miembros del su gobierno y policías bajo sus órdenes. Todo condenables y que, como la negociación, es una torpeza que legitima al terrorismo y su discurso. Condeno absolutamente tales prácticas.

    Más cosas y voy terminando. Servidor, con más o menos fortuna, intenta aportar a su posición de no-diálogo con los terroristas algunos razonamientos. Puede que no convincentes, pero ya digo, al menos lo intento. Por el contrario, los partidarios de la negociación –incluido nuestro querido Fernando Jáuregui–
    no han sido capaces hasta ahora, al menos en la discusión que nos ocupa, de introducir algún razonamiento o alguna motivación que apoye tal convencimiento. Y la verdad, contertuliano de Internet Onairam, además de emitir opiniones y que éstas queden reflejadas en la red, no estaría de más apoyarlas con una argumentación más sólida, así como alguna que otra prueba de refuerzo. Resumiendo: ¿negociar por qué? ¿negociar el qué? ¿Medidas de reinserción? Dichas medidas ya las recogen las leyes penitenciarias, y, si somos escrupulosos con la ley y el Estado de Derecho, no encuentro ninguna justificación para hacer excepciones –fuera de la ley– para con los terroristas. ¿Vosotros sí? Me lo explique.

    PDT: las medidas que no se atañen a la ley, siguiendo tu curiosa denominación ¿podemos decir que son parajudiciales? Cachis…

  10. Siempre es bueno leer a todos y analizar sus opiniones. A uno le digo que todo no es tan facil como el se cree, ni toda la policia ni el estado ha podido con eta,» la pongo en minusculas con eso digo lo que opino de ella.»
    La ley no siempre es correcta, pues como dice la ley ataco a parte de un gobierno que siguio usando lo que otros hicieron, y que logro terminar con ello, sin embargo por intereses mediaticos y politicos pago su precio.
    Yo me pregunto, porque 150 mil vascos votan a partidos que segun los jueces y politicos son parte de los que matan y no encuentro ninguna respuesta. Solo sin el apoyo social sera posible terminar con eta.
    Esta es mi opinión.

  11. Efectivamente, ¡que fácil es hacer acopio de teclado y pantalla para expresar opiniones -mejor o peor redactadas- impregnadas en razones y puntos de vista particulares!
    ¿Que es porque el Sr. Jáuregui lo hace desde su tribuna pública y todos tenemos derecho a hacer lo mismo? Pues resulta que el Sr. Jáuregui (con sobre o sin él a final de mes) lleva más de treinta años cenando y comiendo en lugares -no todos rezumantes de glamour político- donde se cuece la noticia, abandonando en tanto su vida personal y a su familia, para que muchos otros mortales, como nosotros, nos enteremos de más de una triquiñuela que nos lleva a preguntarnos si realmente existe una solución al problema de turno…
    Pero… ¿existe? Pues permítanme que yo me haga ilusiones y crea que SÍ existe. Necesito creerlo para poder, de rebote, creer en todo lo demás: la Democracia, el Estado de Derecho, la Libertad de Expresión, etc., etc. Desde luego, mi pobre ignoracia me impide, siquiera, esbozar la más simple base de estrategia pero, de lo que estoy segura, es que gracias al Sr. Jáuregui y otros muchos periodistas (de esta cuerda o de la otra), hoy tenemos conocimiento de todos y cada uno de los movimientos que han ido haciendo los diferentes líderes políticos que en España han sido; porque, sin la Prensa, ¿quién sabría que un día tres desalmados enmascarados, a la hora del café y en nombre de ETA, decidieron darnos unos meses de tranquilidad social, decretando un «alto el fuego definitivo»? ¿Quién sabría que el Partido Socialista tenía intención de negociar con tal de llegar a la tan deseada Paz? ¿Quién sabría que el Partido Popular se opondría a cualquier movimiento que hicieran los socialistas, fuera cuál fuese? ¿Quién sabría…? ¿Quién sabría…? ¡Hoy ninguno de nosotros sabríamos de la misa, la media!
    Porque sin Prensa no hay información y, sin información no hay opinión.
    Y que conste que esta intervención, mi primera por cierto en este blog, no pretende ser una defensa del Sr. Jáuregui (¡que maldita la falta que le hace a él que yo -o nadie- le defineda!), sino una defensa a todos aquellos periodistas y columnistas que expresan sus opiniones, estemos o no de acuerdo con ellas, para que todos nosotros, a pequeña escala juguemos a periodistas internautas y nos pongamos en contra o favor de sus intervenciones.
    Y puestos a ello: ¡juguemos!
    ¿Que ETA tiene que desaparecer?, en eso estamos todos de acuerdo. ¿Que, a todos los niveles de la vida, hay que pagar un precio para obtener un beneficio?, eso lo sabe hasta el más lerdo… ¿Que cuánto más grande es el beneficio más alto es el precio?, eso lo aprendimos con el biberón…
    Pues, señores, el beneficio de que ETA deje de matar es tan grande que, si hay que bajarse los pantalones, bajémonoslos e impidamos que acciones como las del pasado día 30 nos amarguen la existencia y llenen los cementerios.
    Evidentemente, la policía y el poder judicial tienen mucho bacalao que cortar aquí, tanto como los políticos o más, pero, y siempre bajo mi corto punto de vista, la única vía pasa por la negociación y el diálogo (que no la cesión indiscriminada de todo lo que pidan) -Y no voy a caer en copiar aquí la definición de la RAE de lo que significa la palabra, porque como bien hemos observado, todos los lectores de este blog tenemos el María Moliner en casa-.
    Y, desde luego, mi opinión es que si el PP, en vez de darse de «ETAZOS» con el PSOE en cuantas intervenciones públicas tiene ocasión, se juntara y aunara esfuerzos con su rival político, ETA no contaría hoy, como el olmo viejo hendido por el rayo, con la gracia de sus ramas verdecidas.

  12. Lucía, coincido contigo en que don Fernando no necesita que nadie le defienda. Pero, como quiera que a pesar de ello tú lo haces, me volveré a explicar.
    Prueba de la importancia que le otorgo, en el ámbito periodístico, al Sr. Jáuregui es que entro en su blog y me tomo la molestia de intentar discutir con él; con más o menos fortuna, así como más o menos educación. Pero, en definitiva, considerando importante su posicionamiento en el tema de la Eta –aunque en ciertos puntos no lo comparta– aquí estoy discutiéndole, que es una forma de tenerle en cuenta a él y su trabajo. Y no sólo el suyo, sino el de muchísimos periodistas. A pesar, como he acusado, de que percibo en alguno de ellos un distanciamiento de la realidad callejera; fruto de su excesivo acomodo a la mesa de ciertos políticos, con quienes no pocas veces se comparte mesa, canapés y consignas. Sí, leed bien: consignas. Que es algo distinto de la información, así como de la opinión dimanada de la misma que formulan ciertos periodistas. En tal caso, si el periodista no es otra cosa que la correa de transmisión de ciertos posicionamientos partidistas, su labor deja de ser provechosa para la sociedad.
    Y las cosas en su sitio: no todos los periodistas son iguales. Unos son los que han probado la connivencia de un gobierno con el terrorismo de Estado (los GAL), mientras otros –también periodistas– intentaban minimizar su importancia, cuando no ocultarlo descaradamente. Es decir: unos transmitían información y opinión, cayera quien cayese, mientras otros supeditaban la información a la consigna de su facción. Con el tema de la Eta ocurre un posicionamiento partidista parecido, en mi opinión. En todo caso, si tú dices defender el Estado de Derecho –como yo–, la Democracia –como yo–, y la Libertad de Expresión –también como yo–, servidor ampliará esos derechos no sólo para los periodistas, sino incluso para los opinantes de Internet que, en un blog donde se añade un apartado para comentarios, dichos internautas deciden utilizarlo. Con más o menos fortunaza pero bajo la misma libertad de expresión. ¿Conforme Lucía? Todo lo que tú aplicas para los periodistas, yo lo extiendo para el resto de ciudadanos.
    Abordemos ahora el tema concreto de la discusión: el tema de la negociación con terroristas.
    Ilusión por el final del terrorismo también tengo yo, pero sin ser un iluso o dejarme engañar con ilusionismos políticos. También atesoro una cualidad que se enriquece con el tiempo: la experiencia. La cual me indica, en lo relativo al tema etarra, lo equivocado de reincidir en un error –apoyado en ilusas ilusiones– que fortalece a los asesinos debilitando al Estado: las tesis negociadoras. ¿Por qué? Ya lo he explicado anteriormente: abrir un horizonte de posible solución negociadora, provoca que los terroristas aceleren el momento del diálogo, que es donde ellos pueden obtener alguna de sus reivindicaciones. ¿Y cómo consigue una banda terrorista acelerar el momento del diálogo, es decir, cómo consiguen que un gobierno se siente con ellos a negociar? : pues mediante sangrientos atentados. Porque, comprenderlo bien todos, si ellos creyesen en la vía política para alcanzar un final dialogado del terrorismo, no habrían fundado –además del frente político: HB, Batasuna, etc.– el frente militar: que es, para ellos, la banda terrorista Eta.
    Es una ilusión (¡una farsa!) pensar que Eta va a ocupar o hacer el papel de Batasuna. Si así fuera ¿para qué lanzarse al monte? Es decir ¿para qué matar? Si los terroristas creyesen en la política, creyesen en el diálogo, creyesen en la negociación y, en definitiva, creyesen en la palabra del Estado español, entrarían al juego político. Pero no está en el ánimo del MLNV1 (movimiento que engloba tanto a la vanguardia armada –ETA– como al frente político –Batasuna– y resto del frente de masas) utilizar sólo una vía. ¿Por qué? Porque ellos consideran que están dominados, conquistados y subyugados por un poder más fuerte que ellos: el del Estado español. Que, además de ser más fuerte, es opresivo. Opresión que sólo pueden combatir mediante el uso de lo que ellos denominan lucha armada. Es decir: si están dominados, y por tanto el juego político es una farsa protegida por las armas del Ejército español y su policía, JAMÁS podrán –exclusivamente por la vía política– alcanzar sus fines. ¿Cómo, entonces, podrán tener alguna posibilidad de conseguir dichos fines? Insisto: atacándonos mediante el terrorismo, complemento a la lucha política que articulan los diversos representantes del MLNV, que son quienes rentabilizan argumentalmente la existencia de un conflicto con el Estado español que ellos han creado y ellos alimentan. Por eso mantener, aunque sea levemente y por temporadas, que quizá la vía de la negociación-diálogo puede traer algún resultado provechoso contra Eta, es ser un peligroso iluso. Peligroso porque alimenta un horizonte posibilista para los terroristas. Los cuales, repito y repetiré las veces que haga falta, intentarán acelerar y forzar la salida negociadora mediante sus ataques terroristas.
    Si el Estado cierra para siempre y como principio político de actuación la vía de la negociación con terroristas ¿qué discurso le quedaría a la Eta? ¿La derrota de TODO el Estado español unido y en resistencia contra ellos? ¡Ni lo sueñan! Jamás podrán hacer tal cosa, y ellos lo saben. Por eso intentan, además de forzar la negociación por medio del terrorismo, introducir la confrontación política lanzando falsas treguas, táctica utilizada tanto para rearmarse, como para dividir a las distintas fuerzas políticas del Estado español. Fuerzas que, torpemente, han caído una y otra vez en la trampa con distintas caras, con y sin bigote, con ojeras, orejeras y flojeras. Un desastre (por cierto: no sólo Eta-Batasuna es quien recoge las nueces políticas del árbol que agita la Eta, como muy bien escribió en un libro una estupenda periodista) Sea como fuere, soy de la opinión que el Estado sólo tiene que tener un discurso: la derrota de Eta pasa por la fortaleza del Estado. Fortaleza que se demuestra con una política común cuyo frontispicio enuncie lo siguiente: NO A LA NEGOCIACIÓN, NO AL DIÁLOGO CON ASESINOS; la única conversación que el Estado tendrá con terroristas habrá del ser mediante la policía justo antes de entregarlo a los jueces, con un estadio final en el funcionario de prisiones que le indicará el final de sus días: “esta será su celda para el resto de sus días, señor quien sea, última etapa de la lucha revolucionaria que arrojó por la borda la vida de cientos de jóvenes.”
    Para finalizar mi larga exposición, comentaré alguna de las cosas que tú, Lucía, argumentas con relación a la Eta.
    El Estado de Derecho no está en venta. Es decir, no tiene que pagar ningún “precio”, como tú le llamas, para obtener un supuesto beneficio otorgado por una banda terrorista: el perdón de nuestra vida bajo el precio de conculcar algunas de nuestras leyes. Si tal cosa sucede, el Estado de Derecho ha sido violado. Y algunos argumentarán el más noble de los fines para saltarse las reglas del Estado de Derecho, pero si dichas reglas se saltan, se salta por encima del Estado de Derecho. Y si el Estado de Derecho puede ser burlado, ni es Estado de Derecho ni tiene como límite y arbitrio la Ley, sino la oportunidad política. Oportunidad que será interpretada y gestionada por la facción política que en cada momento gobierne, la cual nos venderá que la ley queda supeditada a un bien común dilucidado por ellos. Como ya ha pasado en España, donde unos queriéndonos salvar de los rojos, y los rojos pretendiéndonos salvar de los fascistas, ambos proyectaban apropiarse del Estado utilizando la ley con intenciones partidistas. Nefasto resultado para un aciago final del Estado de Derecho (En otros países, por lo demás, también han tenido sus propios salvadores quienes, con las más peregrinas excusas, equivalentemente pretendían tomar el poder y el control del Estado de Derecho)
    La Eta es una banda de terroristas, forma de delincuencia especialmente salvaje que por atacar al Estado nos ataca a todos. Esto es una obviedad que me gusta repetir. Conclusión: no dejan de ser meros delincuentes; violentos, salvajes y que utilizan y se sirven de instrumentos –incluso políticos– facilitados por el Estado de Derecho, pero delincuentes al fin y al cabo. Ahora bien ¿por qué existe quienes argumentan que se tiene que dialogar con delincuentes? Por lo demás, cuando dichos asesinos son especialmente crueles y repugnantes. Por esa regla de tres ¿alguien sería capaz de sostener que se tiene que dialogar lo más mínimo con quien ha violado, mutilado y vejado a un bebé? Pues para mí, la Eta no hace otra cosa que violar nuestro Estado de Derecho, el cuál, en manos de muchos políticos, demuestra las mismas entendederas que un delicado y vulnerable bebé.

    [1] Movimiento de Liberación Nacional Vasco: articulación sintáctica de palabras que, juntas o separadas, denominan una gran mentira. En el plano práctico: serie de organizaciones políticas, ciudadanas, armadas, internacionales, propagandísticas, etc., con un mismo fin: la consecución de la independencia de Euskal Herría, y la implantación de un régimen (Cubalerria) socialista y euskaldun.

  13. FranValde, perdona pero creo que me he perdido en la longitud de tu contestación, por lo que presiento que dejaré algún que otro punto por comentar. No obstante, voy a intentar dar la réplica que me ofreces:
    Que das importancia a las opiniones periodísticas, incluidas las del Sr. Jáuregui, es obvio; prueba de ello es que, como tú bien dices, te molestas en leer lo que escribe y, además, lo que nadie puede negarte es que rezumas ilustración por todos los resortes de tu teclado (esté yo, o no, de acuerdo con tus exposiciones). Por otra parte, nadie te pide que tengas que compartir sus opiniones, como tampoco a mí me piden que lo haga con él o con cualquier otro periodista con los que comulgue en mayor o menor grado y es que, perdona que te diga, pero la comunión es algo tan íntimo y libre, o incluso mucho más, como el voto y ahí sí que estarás de acuerdo conmigo –como gran defensor que eres del Estado de Derecho- de que ambas cosas no pueden ser condicionadas por nada ni nadie.
    Que estás o no de acuerdo con las “consignas” de difunden, eso también es evidente pero, amigo mío, ni para ti ni para mi es ninguna novedad que la difusión que de los asuntos “noticiables” (que no las noticias, pero la mayoría de las veces incluso éstas también) está siempre teñido del color del cristal de las gafas con que las han mirado y, así como tú y yo no parecemos usar el mismo tinte para nuestras lentes, ellos están en su perfecto derecho a hacer lo mismo, como también nosotros tenemos la potestad de leer y comulgar con quién nos plazca.
    Que en virtud de la libertad de expresión que nos otorga el artículo 19º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el 20º de nuestra Constitución, tú –como cualquier españolito de a pie- estás en tu perfecto derecho de expresar lo que gustes y máxime utilizar los medios que ponen a tu disposición, igual que yo hago en este mismo instante; por lo que no sería yo quién me atreviera a poner cortapisas a tus disertaciones, ya que como tú bien sabes, ése es un derecho igualitario para todos y no es menester estar licenciado en Ciencias de la Información ni ninguna otra carrera para ejercitarlo. Por lo tanto, quede claro y meridiano, que no solamente ESTOY CONFORME, sino que, además, te insto a que lo hagas.
    En cuanto al tema concreto de la discusión, la negociación con terroristas, te diré que no voy a entrar en valorar tus opiniones, entre otras cosas porque no me siento capacitada para tal, puesto que conozco mis limitaciones y no estoy, ni mucho menos, tan letrada como tú en estos asuntos. Pero permíteme, Fran, que de igual modo yo exponga mi “desilustrada” opinión.
    Para mí sólo hay un camino hacia delante en todos senderos de esta vida: EL DIÁLOGO Y LA EDUCACIÓN (y no me refiero a la educación como conjunto de normas de cortesía sino a la consecución de sabiduría a través de la instrucción), puesto que el ser humano, como primera célula de transmisión social, una vez que obtiene una formación sólida y plural es capaz de lograr una repercusión exponencial cuyos primeros receptores son sus hijos, hombres y mujeres que mañana habrán de vérselas con seres iguales o similares a nuestros actuales etarras.
    Eduquémosnos y seamos capaces de educar a los que, más pronto que tarde, habrán de tomarnos el testigo. Dialoguemos –los diferentes bandos políticos y los adversarios políticos y sociales-, y difundamos con el ejemplo, la mejor vía para dirimir enfrentamientos ya que ninguno, ni siquiera nosotros, los “incorruptos”, estamos en posesión de la verdad absoluta.
    Por otra parte, me sorprende sobremanera que esgrimas, como única solución, una pena a cadena perpetua que, como bien sabes, no recoge nuestra Constitución -puesto que ésta limita la pena máxima en prisión a 30 años, facilitando al reo la posibilidad de reinserción-. ¿Es ésta tu concepción de Estado Derecho al que tanto aludes?
    Y para terminar, te diré que jamás, insisto, JAMÁS, se me ha ocurrido pensar, y mucho menos insinuar, que tengamos que poner “precio” a nuestro Estado de Derecho ni conculcar ninguna de nuestras Leyes. Por supuesto que hemos sido violados, violentados, asesinados y vejados; pero al igual que cuando alguno de nuestros hijos no quiere estudiar o ir a la cama “negociamos” con él sin que ello represente la conculcación de la más mínima norma familiar, el Estado debe “negociar” con todos sus “hijos”, aunque al nuestro le haya salido un garbanzo negro en la familia.

  14. Lucía, agradeciéndote que aún sigan discutiendo conmigo, y, de forma algo más esquemática a fin de facilitar la comprensión, te diré:
    1º Para establecer un diálogo y para impartir una educación se debe arrancar, con anterioridad, de unos parámetros comunes. Es decir, si queremos entendernos mediante un diálogo, al igual que después acometer la delicada labor educativa, habremos de establecer unos principios rectores –comunes– para que durante el mencionado diálogo no hablemos de cosas diferentes. Para mí dicho marco es la Ley en un ámbito de desarrollo democrático: Democracia y Ley para obtener y vivir en LIBERTAD. Por lo tanto, interrogo Lucía ¿sobre la base de la Ley y bajo parámetros democráticos, qué diálogo se puede establecer con quien ni respeta la Ley ni cree en la democracia? Es decir: la Eta y sus adláteres.
    Sostengo que el Estado de Derecho no tiene nada en común con el terrorismo, y, por lo demás, tampoco hablamos el mismo lenguaje ni creemos en el mismo desarrollo político: la democracia. Por tanto, me OPONGO tajantemente a dialogar o pretender educar a quienes son y actúan como intolerantes y totalitarios: los terroristas independentistas vascos de extrema izquierda.

    2º No esgrimo la cadena perpetua como única solución contra el terrorismo; aunque, ya que lo dices, sí podría engrosar un paquete más amplio de medidas para la lucha contra el terrorismo (así como otro tipo de delitos especialmente violentos, etc.) Abogo por endurecer las penas de prisión para los delitos de terrorismo, con un incremento en su duración (que, si el pueblo lo aprobase, podía llegar hasta la cadena perpetua), instalando así en la perspectiva de los terroristas la certeza de que con su detención no habría más horizonte que la cárcel.
    Por el contrario, ahora te diré lo que tienen en mente los terroristas:
    Si son detenidos no pasarán demasiados años en la cárcel (al menos yo no lo considero demasiado) Y, una vez fuera de la misma, serán homenajeados en sus pueblos, nombrados hijos predilectos y recolocados en alguna empresa del entorno batasunoetarra, o también ayudado a establecer un negocio; aunque sea una cristalería y ésta esté en la misma calle y pegado al portal de su víctima. Además, durante su estancia en la cárcel engrosan las filas de lo que constituye el frente de makos (que es como dicen a las cárceles), dedicándose a la organización y agitación en el interior de las prisiones; con el señalamiento de objetivos, por cierto: Ortega Lara y otros.
    Has hablado de reinserción: para que exista, debe existir arrepentimiento. Y, salvo un par o tres de los ex etarras –Gamboa y algún otro que no recuerdo– NADIE de los terroristas que cumplen condena han mostrado el más mínimo signo de arrepentimiento, sino todo lo contrario. Entonces ¿de qué me estás hablando querida Lucía? Efectivamente, y como tú misma señalas, desconoces bastante del tema.
    En cuanto a la cadena de perpetua y el Estado de Derecho, haz el favor y, ya que tienes conexión a Internet, comprueba que no son pocos los estados democráticos y de derecho que cuentan con la herramienta de la cadena perpetua en su ordenamiento jurídico.
    Existe una falsa tontería buenista que asocia paz, buen rollito, tolerancia y mansedumbre con democracia y Estado de Derecho. Cuando es justamente lo contrario. Si un Estado no es fuerte, no podrá regirse bajo las normas del derecho, que saltarán bajo la presión de quienes ni creen en la paz, la tolerancia y el buen rollito. El ciudadano claro que tiene que ser un tío buenista amable con sus congéneres que se levanta en el autobús cuando entra una embarazada o un anciano. Siempre y cuando tenga detrás un Estado que le proteja de quien ocupa el sitio que nosotros hemos cedido para las viejecitas y las embarazadas. Si no es así, se cae en el ridículo y se pierde la paz por no querer la guerra contra los terroristas.
    Para terminar, seguiré insistiendo en que nadie –principalmente el Señor Jáuregui –ha querido o sabido especificarme las supuestas bondades de una política de diálogo y/o negociación con los terroristas. Y eso, pese a defenderlo constantemente en público. El axioma del diálogo y la negociación ha de ser un acto de fe: no necesita explicación, comprobación ni cotejo. Hay que creerlo o serás un facha intolerante… No te digo.

  15. Fran Resumiendo: ¿negociar por qué?: porque hay que buscar la libertad a través de la paz ¿negociar el qué?: medidas de reinserción que normalice la vida en paz y en libertad ¿Medidas de reinserción?: si, y si es neccesario cambiando las leyes Dichas medidas ya las recogen las leyes penitenciarias, y, si somos escrupulosos con la ley y el Estado de Derecho, no encuentro ninguna justificación para hacer excepciones –fuera de la ley– para con los terroristas. ¿Vosotros sí? Me lo explique: Muy facil tú de tanto repetir lo del estado del derecho, te has convertido en un nuevo rey Sol » el estado soy yo»; compañero se te nota una faz unipersonal cercana a algún «redentor» del otro lado del Atlántico; la ley no puede ser unívoca, ni rígida

  16. Onairam (o mariano, como prefieras) que ya sé que todo lo hacéis por la paz, la libertad y bla, bla, bla. Pero lo que te (os) pregunto es lo siguiente: ¿qué demuestra que la vía del diálogo sea adecuada o en todo caso mejor que la vía policial? ¿Me puedes contestar? ¿Me puedes especificar qué bondades acarrea la vía del diálogo-negociación con terroristas? ¿Qué beneficios, qué adelantos, qué resultados, qué datos objetivos a favor de vuestras tesis acarrea optar por el diálogo con asesinos?

    Porque, Onariram, de nada me valen los loables cantos a la paz y las buenas intenciones, si de lo que hablamos es de terminar con los terroristas. Porque ¿lo que se quiere es acabar con ellos, verdad? Pues, insisto ¿por qué hemos de caer –una y otra vez, una y otra vez– en el tan manido diálogo que ha fallado también una y otra vez? Es que nadie lo sabe explicar, pues se ha convertido en un mantra: diálogo, paz, reinserción…

    Sobre la reinserción

    Se lo he escrito a Lucía: para la reinserción debe existir arrepentimiento. Y los etarras no sólo no se arrepienten de sus crímenes, sino que encima se organizan en la cárcel para constituir un frente de apoyo a Eta y todo el movimiento independentista vasco: el frente de makos. Y tú, a todos estos ¿les quieres reinsertar? Alma cándida, como se tienen que reír quienes cada vez que se produce un atentado brindan con champán.

    Por lo demás, tú quieres hacer excepciones con los terroristas en la aplicación de la ley, y servidor que pretende su escrupuloso cumplimiento, es el Rey Sol. Curioso. Pues míratelo Onairam (o mariano) que igual el nepotismo, despotismo y tejemaneje de la ley lo comete más quien pretende “medidas excepcionales” para beneficiar a quien nos ha estado matando, que lo contrario. Que esa es otra, tanto favoritismo con los delincuentes terroristas les demuestran que con su lucha obtienen beneficios: penitenciarios, pro diálogo, etc., etc.

    También quisiera que me contestases a una cosa ¿negociarías con quien ha violado, abusado, maltratado y vejado a un bebé? ¿Negociarías con un comando pederasta? ¿Te imaginas que Pachi López se sentase en una mesa cuyo interlocutor fuera un pederasta?

    Finalizo insistiendo que, por favor ¿si alguien sabe explicar por qué es bueno el diálogo para acabar con la Eta, agradecería la instrucción? ¿Me lo podéis demostrar? Y absteneros de repetir X número de veces la palabra paz, paz, paz, pues en lo tratante al terrorismo no estamos en una guerra, estamos en el asesinato puro y duro de toda una banda a una sociedad. ¿Negociar? ¡Amos anda!

  17. Fran, si ya sé que tú solo encuentras soluciones en medidas policiales y no se sí también en ajusticiar con medidas de pena de muerte, etc; pero la diferencia entre tu forma de buscar soluciones, que hasta el momento en 40 años no han impedido que Eta siga existiendo y desgaraciadamente matando; y la que yo concibo, que consiste en asfixiar a Eta policialmente y judicialmente y tratar de que su base social y política muera por inanición; es por lo que si contemplo la posibilidad de que en algún momento se finalice con esta sinrazón. Paz, si paz y mil veces paz porque la paz permite la libertad, y ya se que no hay una guerra; pero sí es cierto que los que amamos la libertad, entendemos que sin paz nunca la tendremos.

  18. Buenas noches.

    Que yo quería decir, si alguien de por aquí alguna vez ha hablado con abertzales, o como se escriba.
    Piensan que les oprimimos. Piensan que España es un estado fascista. Piensan que las muertes de españoles están justificadas y que de no españoles son «daños colaterales». Piensan que el Pais Vasco, su origen, se remonta a siglos y siglos.

    ¿Cómo se puede dialogar con esta gente? Si están locos…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *