Es muy español esto de echar toda la culpa de todo a una sola persona, simplemente porque es la que nos pilla más a mano. Pero la culpa la tiene ETA.
Zapatero tiene pros y contras:
-Agarró el toro por los cuernos, echándole valor.
-Pero no le echó sabiduría. Ignoró que no hay una sola ETA. Que podrían estar confundiéndole.
-Fue algo ingenuo, pero nos dijo ‘su’ verdad: que era posible derrotar al terrorismo. Y lo es.
-Luego cometió errores de estrategia: se marchó a Doñana, no fue a la ‘zona cero’…Y también cuenta todo eso, aunque no sea lo primordial
-Otros negociaron, al fin y al cabo, con la banda, y también salió mal.
-Se ha ensayado de todo: palo y zanahoria, con todos los gobiernos anteriores. Fue ETA la que echó por tierra las negociaciones. Siempre. Pero eso no da la razón a los agoreros, a los que dicen que no hay que negociar.
-Por una vez, la suerte abandonó a Zapatero y dijo lo que no había que decir justo veinte horas antes de la catástrofe. Se fiaba demasiado de su buena estrella.
-Ahora, al menos, parece que ZP vira. Algo. No sabemos aún cuánto. Otros no viraron en materias tanto o más importantes
-Por fin, lo que nos hace falta ahora es moderación. Comentarios moderados, no salvajadas ultras ni proclamas de apoyo incondicional al presidente. Jamás se hizo más necesario elaborar posiciones centristas. O centradas.
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