¿Por fin? ¿Sabremos algo?
Como siempre por estas fechas, Zapatero protagonizará, el jueves, una rueda de prensa de fin de período político. Pocas veces como ahora asistimos a la entrada de un nuevo año con la sensación de estar inaugurando, a la vez, una nueva era política. Y, al tiempo, me parece que desde hace décadas no teníamos una impresión tan aguda de hallarnos en pleno bosque brumoso de incertidumbres económicas y también políticas. Por ello, al menos para mí, esta comparecencia del presidente del Gobierno tiene un especial ‘morbo’ periodístico.
Otra cosa es, claro está, que ZP quiera o pueda desvelar muchas o algunas de las incertidumbres que ahora nos atenazan; empezando, desde luego, por sus propias intenciones de quedarse en el poder o irse de él.
Dicen quienes creen saber que Zapatero a sus colaboradores les ha comunicado tres cosas: la primera, que no le temblará la mano a la hora de poner en marcha las reformas previstas que le exigen desde el corazón de Europa y desde esos difusos ‘mercados’ que parecen haber centrado sus temblorosas previsiones en España. Incluyendo, por supuesto, la prolongación de la edad de jubilación hasta los 67 años, aunque ello se haga de una forma más o menos flexible, progresiva y ‘neblinosa’.
Lo segundo que ha comunicado, dicen, a sus más cercanos y preocupados colaboradores es que no piensa dimitir en ningún momento de este 2011: nada de congreso extraordinario del PSOE, nada de esa ‘operación Calvo Sotelo’ (sustitución, presumiblemente por Rubalcaba, en una sesión de investidura, previa dimisiónante el Rey) de la que tanto se habla en círculos socialistas, nada de marcharse si los resultados de las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo son tan catastróficos como viene insinuándose, con preocupante machaconería, en todas las encuestas.
Por fin, lo tercero es que no tiene ninguna intención de adelantar las elecciones. En círculos socialistas también se viene insistiendo, aunque haya una cierta controversia jurídica al respecto, en la posibilidad de que el presidente decida convocar las elecciones generales al tiempo que las municipales y autonómicas, ahorrándose así dos varapalos en lugar de uno. Sería, claro está, un error estratégico, que, encima, iría precedido por una considerable polémica, puesto que hay quien insiste, a la luz de los difusos textos de las normativas legales, que ello tendría algunos inconvenientes formales. En todo caso, ya digo, no parece que sea esa la intención del inquilino de La Moncloa.
[tele=http://www.diariocritico.com/tv/video/9973/los-goles-economicos-marcados-por-el-jueves-a-zapatero.html]
LO que viene ocurriendo con Zapatero, como sabemos, es que una cosa son sus intenciones, otra sus declaraciones y otra, distinta y distante, sus posibilidades de llevar a cabo lo que dice. Así que habrá que aguardar a ver si, el jueves, a los periodistas nos dice en directo lo mismo que a esos colaboradores que hablan con algunos periodistas. Siempre me han parecido interesantes esas por otro lado escasas –una en invierno, otra en verano—oportunidades de preguntar sin límite y sin cortapisas al presidente del Gobierno: nos da pistas acerca de lo que la inescrutable esfinge pretende.
En una de esas convocatorias, hace exactamente cuatro años, Zapatero soltó aquello de que las cosas iban a mejorar con ETA; al día siguiente, 30 de diciembre, se produjo el atentado de la Terminal 4 en Barajas. Esta vez, cuatro años después, también ETA está en algunos titulares y en no pocas preocupaciones y rumores: ¿nos anunciará Zapatero alguna buena nueva en este terreno, que constituye una de las pesadillas de los españoles desde hace casi medio siglo? Motivos de expectación no faltan, como puedes ver, querido lector.
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