A ZP no lo ví en TVE, lo reconozco (andaba en cosas congresuales aquí, en Santiago). Y las versiones que leo son muy diferentes. Zapatero tiene aún cierto arranque y cierta frescura, aunque, para frescura, la que emplea para decir cosas que no se ajustan escrupulosamente a la realidad, por decirlo de un modo fino. En todo caso, está demostrando más talla política que un Rajoy acobardado ante el espectáculo que estamos viviendo con el ‘culebrón de la Comunidad de Madrid’. ¿Cuánto tiempo va a durar este horrendo y siniestro ‘affaire’?¿Puede Ignacio González seguir siendo el vicepresidente de la Comunidad más importante, por lo que representa institucionalmente y hasta económiamente, de España? ¿Y Granados?¿Qué pinta en todo esto? ¿Y la propia Esperanza Aguirre, que tiene que soltar lastre si no quiere hundirse? Me parece absurdo que piensen que esto va a pasar y la gente tan tranquila; el caso de Tamayo y Sáenz, que es el anterior megacapítulo de la basura de la política madrileña, exigió repetir las elecciones. ¿Y esto? ¿Qué es lo que exige esto? ¿Puede la investigación de Cospedal concluir en nada, como si nada hubiese ocurrido? ¿Es la solución, como hizo Güemes, tratar de matar al mensajero, el periodista del diario El País en este caso? O, como hace la troupe de Jiménez Losantos, acusar a ese periódico de montar este lío –como si el lío no existiera– para ‘congraciarse’ con los actuales rectores de Caja Madrid.
Los periodistas sacamos nuestras exclusivas siempre de fuentes y motivos non sanctos: una amante despechada, un contable que no cobra, una rivalidad industrial, unas ambiciones no colmadas…Eso no tiene importancia. Lo importante es si el hecho es cierto o no. Y aquí, como las meigas, espionaje haylo. Hay que saber quién lo monta, pero lo sospechamos: puede que no haya una sola fuente espiadora. NI que se limite a la Comunidad de Madrid. Ni a la Comunidad y el Ayuntamiento, aunque me parece que ambos están muy ansiosos por saber qué hace el vecino.
Llámeme usted paranoico, si quiere, pero uno tiene la sensación a veces de que hasta le espían el teléfono (no soy el único que lo piensa: hasta son técnicamente malos. ¿CNI?), de que en este país la privacidad no existe.
Me hubiese gustado preguntarle algo de eso a ZP en su comparecencia televisiva, que algunos me han calificado de decepcionante, aunque otros lo hayan hecho como brillante. Por lo que me cuentan, algunos preguntadores estuvieron muy bien (mejor que periodistas).
Pero, básicamente, empiezo a entender que Rosa Díez despegue en las encuestas. A mí, muchos de sus planteamientos no me convencen, pero, claro, la gente se está cansando del espectáculo de los dos grandes ante la crisis. ¿Por qué no harán algún tipo de pacto de una vez que contribuya a arreglar los problemas de la gente, sanean sus casas y se dejan de leches? Ya sé que no es este un comentario así como muy técnico de un profesional del observatorio político, pero es que a veces da la impresión de que lo que estamos viendo ha superado con creces las reglas del juego. Y, además, esto es un blog y ya se sabe que un blog es algo así como un grito desesperado que te sale del alma, más que del cerebro.
Deja una respuesta