Cada vez que a Zapatero le preguntan por los abucheos que recibe en algunos actos multitudinarios, como el de este martes, responde más o menos que “está en el guión” y que “va en el sueldo”. Al menos, en esta jornada de la Fiesta Nacional, el presidente del Gobierno se ha ganado el pan con el sudor –metafórico- de su frente: si está en el sueldo que le abucheen, se lo ha merecido, esta vez, con creces. El sueldo, digo, que probablemente también el abucheo.
No como otros altos cargos institucionales, como dos ex presidentes del Gobierno, que no hay manera, parece, de que acudan al acto institucional más importante del año. Por supuesto, hablo de Felipe González y de José María Aznar, que siempre encuentran actividades más interesantes (¿lucrativas?) que pasear sus representativas presencias por estos saraos en los que España se enorgullece, o debería hacerlo, de su Historia y su presente. O hablo, también, de algunos presidentes autonómicos, que siempre brillan por sus ausencias en unos actos que preside el Rey acompañado de toda, toda, su familia. O podría referirme, igualmente, a ciertos presidentes de instituciones y hasta, si se me permite, a determinados ministros que se van de ‘puente’, como si no debiesen estar incursos de pleno derecho en una remodelación más bien que en una vacación.
En fin, que la celebración del Día de la Fiesta Nacional, antaño de la Hispanidad, es toda una meditación. Me pregunto: ¿Alguien de los que constituyen el Estado cree en el Estado? Al menos, ZP se ha ganado, ya digo, el sueldo: le han abucheado a conciencia. Los demás no han dado siquiera oportunidad para que esas gentes escasamente respetuosas con el significado de la jornada del 12 de octubre –personalmente estoy, claro, contra esas manifestaciones del 12-o– les expresen su desagrado.
[tele=http://www.diariocritico.com/tv/video/9600/zapatero-desfile-hispanidad.html]
Deja una respuesta