Primero, la felicitación; una, general, porque estoy seguro de que este 2012 no puede ser tan horrible como lo pintan. Animo, pues. Otra, particular a los manueles del blog en este su día: gracias por estar ahí, con vuestras magníficas aportaciones.
Segundo, los propósitos de año nuevo. Sigo haciéndolos, como cuando tenía veinte años, e incumpliendolos, como entonces y como cada año. Pero siempre sirven de repaso de la actuación de uno mismo y de una coyuntura perfectamente mejorable (¿cuál no lo es?).
Me he hecho diez propósitos, que escribo aquí para obligarme y para que, cuando patentemente me desvíe, me lo advirtáis. Gracias de antemano.
1.-Respetaré siempre la presunción de inocencia. No juzgaré para no ser juzgado, no insultaré para no ser insultado, no difamaré para no ser difamado.
2.-Lucharé por mantener mi independencia como periodista. De acuerdo: me ha parecido bastante bien el Gobierno, donde tengo algún amigo –inevitable faena que un periodista y un político se hagan amigos…hasta donde puedan serlo–; pero eso no puede condicionar mi actitud hacia este Ejecutivo, ni nublar las facultades críticas del informador y analista.
3.-Trataré de hablar solamente de aquello que conozco; claro que corro el riesgo de estar siempre callado…
4.-Seguiré rechazando ir a ciertas tertulias y medirme con ciertos personajes que degradan, siento decirlo.
5.-No todo en la vida es ni debe ser trabajo; hay que crear espacios para el ocio y para la formación. Esto de las redes sociales es un peligro para esa ‘vida paralela’ que debemos preservar: te llevan demasiado tiempo y su productividad es escasa.
6.-Cosa diferente es este blog, donde ya mantenemos una tertulia entre amigos: hay que mantener, o desenterrar, el viejo espíritu bloomsburiano, que no es lo mismo que un espíritu de elite.
7.-Noticia es todo aquello que alguien no quiere que se publique. Quizá publicamos (todos) demasiadas cosas que muchos sí quieren que se publiquen. Hay que mantener al respecto –y en tantos otros campos– un espíritu autocrítico. Y no desanimarse por las críticas malévolas y no constructivas de quienes siempre están viendo pajas en ojos ajenos y ninguna viga en el propio.
8.-Sí, ya sé que nadie está dispuesto a aceptar que haces cosas por filantropía, para dejar a tus hijos, a tus amigos, a los demás, un mundo un poco mejor. Pero el estado de nacional-sospechismo no puede inmovilizarnos.
9.-Tampoco podemos entrar a formar parte del estado de nacional-pesimismo. Las cosas no están bien, pero quedarnos quietos esperando a que mejoren solo las empeorarán. De acuerdo con Rajoy en aquello que dijo en el debate de investidura: nada volverá a ser lo que era, pero eso tampoco es ni el fin del mundo ni tiene por qué ser tan malo. Las crisis generan nuevas oportunidades, así que me prometo a mí mismo ver las botelas medio llenas, o algo más que medio.
10.-Mens sana in corpore lo más sano posible, dados los achaques inherentes a la edad que uno va cumpliendo. Sé que no soy nada original, pero me cuento entre los veinte millones de españoles que se han prometido hacer una cierta dieta «desde el mismísimo día 2 de enero», así como practicar algún tipo de ejercicio fisico –que el mus es un deporte, pero hay que complemenarlo con algo más– y todas esas cosas.
Aquí queda dicho, como una suerte de compromiso conmigo msimo y con los amigos bloomsburianos.
De nuevo feliz año y un abrazo
Deja una respuesta