¿Habéis visto el contra-montaje de la felicitación navideña de la familia real? Pues, ahora que se han pasado las fiestas, miradlo, porque tiene gracia, no es (excesivamente) irrespetuoso y denota imaginación. Esa imaginación que hace de Internet algo único.
Cada día estoy más encantado de haber entrado en esta familia. Y agradezco mucho los últimos mensajes de ánimo, como el de Goyo Tovar. O como el de César Calderón. No os he contestado individualmente porque prefiero hacer pública mi emoción (de verdad que sí) por teneros como amigos. Vamos a hacer la guerra juntos y, si me paso o no llego, por favor, no dejéis de reprochármelo. Yo haré lo mismo. Un abrazo y a extender el club. Y nos tomamos unas copas
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